EL TEATRO POPULAR Y DE AFICIONADOS EN LIMA (1970-1980) CAPÍTULO N° 5

CAPÍTULO N° 5
LAS OBRAS
Los grupos de teatro popular y de aficionados no tienen demasiado interés por el montaje de obras del llamado “teatro universal”. Evidentemente, sus limitaciones podrían, de lejos, más que sus deseos. Sin embargo, esto no se debe sólo a obstáculos económicos, sino a la escasa importancia que se le asigna a estas obras, bastante conocidas a través de numerosas puestas e impresiones bibliográficas. Lo mismo sucede con obras del teatro moderno, de autores extranjeros, menos difundidos pero igualmente reconocidos, incluido el incansablemente ponderado Bertold Brecht. Y es que otros factores juegan en su empeño de representar casi exclusivamente las obras que componen en creación colectiva y los textos, a veces adaptados, de autores nacionales (FIG.12).
El afán de expresar con propiedad imágenes estrictamente cotidianas y sencillas a los ojos de sus espectadores ha conducido a estos grupos a la creación colectiva de textos dramáticos. Sin embargo, la duras críticas que ejercieron sobre la producción de autores nacionales, no fue pretexto para representarlos, simultáneamente: con frecuencia, adaptados a sus posibilidades, la obra de autores peruanos cohabita con la producción colectiva del material teatral de los grupos populares y de aficionados.
FIG 12
Durante la última década, la creación colectiva fue consecuencia, por un lado, de la necesidad actoral de precisar, políticamente, su mensaje, y por otro, de un criticismo gratuito que buscó reducir los textos de los autores a un esquema conceptual. Esta situación empobreció la factibilidad de una dramática nacional, a partir de los escritores, pero cierto es que incorporó al teatro la alternativa de una creación grupal, aún cuando ésta requiera de un dramaturgo o director que enlace con habilidad el concepto, la palabra y el movimiento.
      a) EL AUTOR NACIONAL
El autor teatral en el Perú es un solitario escritor de un género improbable, pues aún muchos se preguntan si el teatro peruano existe (FIG. 13). Es, sin embargo, inconfundible su vocación por el diálogo y la situación dramática, por hurgar en el espíritu de los seres humanos y someterlo al laboratorio de su pensamiento escenificado, a pesar que el ambiente teatral profesional no tiene por él ninguna atención.
Tampoco las editoriales. Estas difunden obras, preferentemente, de poesía o narrativa y –en los últimos años- abundantes ensayos críticos de la realidad nacional, estudios analíticos, esoterismo, materiales que ocupan lugares de privilegio en el mercado librero. Carentes del mismo interés que aquellos géneros ocasionan en el lector, las obras teatrales que se escriben en el Perú no se publican. Son los mismos autores, a través de copias mimeografiadas, folletos y aún libros de pequeño tiraje, quienes distribuyen entre los grupos sus trabajos.
Pero los grupos profesionales desconocieron la producción de estos autores. Y la desconocieron a causa de su propia irresponsabilidad al no crear un público que se familiarice con imágenes y conflictos nacionales, prefiriendo obras de autores extranjeros en nombre de una supuesta universalidad, sólo a ellos conferida. Al no existir este público, no existe una editorial. Y al no existir una editorial, muy poco se conoce la obra de los autores. Sus consuelos, los que les deparan únicamente satisfacciones económicas, son los concursos que anualmente aparecen por compromiso con la “cultura”, más que con el teatro en sí. (3).
Así, ante este círculo vicioso, los autores siguen esperanzados en los premios y en los juicios dudosos de jurados, -por lo general, provenientes de otra forma de arte- , y los grupos de teatro profesional esforzándose por expresar los vericuetos universales de obras de autores extranjeros. Mientras tanto, la creación colectiva y una incipiente preocupación por los autores avanzan en los ambientes populares del teatro.
Esta situación del autor peruano, ente clave en el desarrollo de una dramática nacional, es comprensible en el marco de un movimiento teatral inconexo, donde sus instancias se modifican en función a prejuicios y rivalidades de elencos profesionales que bajo la intención de interpretar un espíritu químicamente puro, ahogan este mismo deseo en los autores que sólo cuentan para ello con las imágenes concretas que ofrece la realidad inmediata de un país tan complejo y rico como lo ha sido y seguirá siendo el Perú.
FIG 13
Por supuesto, la responsabilidad de un teatro nacional no es solamente de los elencos, sino también de los mismos autores que aceptaron con resignación un papel marginal en esta problemática. Su presencia aislada y sin un cuerpo que los avale, fue insignificante. En los primeros años de la década, hubo un intento en esta dirección cuando el autor Juan Rivera Saavedra, acompañado de otros autores, se agruparon para formar la Mesa Permanente de Autores Teatrales, pero un desenlace absurdo –rudimentarios celos profesionales- aplastó su evolución y las iniciativas similares.
Aunque todavía no se le asigna una ubicación precisa, actualmente el único encuentro organizado de los autores entre sí se da a través de la Muestra de Teatro Peruano, pues los numerosos grupos de teatro popular y de aficionados son los únicos interesados en una dramática nacional y en sus autores. A pesar de criticar intensamente su producción, por ello justamente, son la instancia más firme en su desarrollo.
      b) LA CREACION COLECTIVA
La creación colectiva es una respuesta a múltiples carencias en el teatro peruano. En consecuencia es una elaboración todavía no muy definida, pero, como en otras latitudes del teatro latinoamericano, una opción vigente en la creación escénica (FIG. 14).
FIG 14
Ante la necesidad de escenificar textos que posean una inmediata referencia con el público destinatario de sus montajes y con las contradicciones que el propio elenco percibe en la realidad, los grupos acuden a la creación colectiva. En su criterio, las obras de autores nacionales y extranjeros no reúnen, cabalmente, esas condiciones y deciden reemplazarlas por textos que componen a partir de anécdotas sencillas que enriquecen al calor de las representaciones.
Esta iniciativa, en ocasiones ha llegado a enfatizar excesivamente los aspectos del contenido, o, en forma arbitraria, ha mutilado o plagiado fragmentariamente la obra de autores nacionales.
De cualquier modo, esta tendencia creativa –que aún no ha dado una obra significativa al teatro peruano- se reviste de metodologías experimentales donde sólo la capacidad dramatúrgica del director asegura un óptimo resultado. Pero, mientras las relaciones del director con el conjunto actoral no estén debidamente definidas, el riesgo de la anarquía en el proceso productivo de la obra seguirá retardando el objetivo final.
Sin embargo, la creación colectiva ha impuesto a los grupos una valoración más oportuna a la escena propiamente dicha y a los recursos del gesto y el movimiento. Proviniendo de los actores realizadores, se distingue por su espontaneidad, con frecuencia extrañada en el teatro profesional donde el diálogo riguroso y la situación intrincada juegan un rol prioritario.
La creación colectiva cuenta con un lenguaje sencillo donde las variables idiomáticas son corrientemente usadas y están en función de situaciones muy familiares al espectador. En la medida que grafica circunstancias específicas, con harta frecuencia las creaciones colectivas no fueron más allá de referencias esquemáticas de las vivencias de una colectividad. Y ello seguirá aconteciendo mientras las exigencias estéticas de aquella colectividad y la propia inconformidad de los grupos no demanden una conciencia más amplia, que someta al conjunto a la disciplina de un teatro ambicioso e intente expresar la vida de sus espectadores, observándolas con mayor rigor.  

 
ANEXO

RELACION DE GRUPOS ENCUESTADOS                                          DISTRITOS

1.- Taller Teatral “Kusicuy Llacta”                                                    San Martín de Porres

2.- Teatro Popular “El Ayllu”                                                            Villa El Salvador

3.- Grupo Artístico Cultural “Amigos”                                              Villa María del Triunfo

4.- Taller Experimental “La Silla”                                                      Surquillo

5.- Grupo de Teatro “Setiembre”                                                        Comas

7.- Grupo de Teatro “Yuyachkani”                                                     Lima

6.- Grupo “La Gran Marcha”                                                              Lima

8.- Grupo de Teatro “Amistad de Limitados Físicos”                         Lima

9.- Grupo de Teatro “Puente de Piedra”                                             Puente de Piedra

10.- Grupo de Teatro “Tejido”                                                             Callao

11.- Grupo de “La Espiga”                                                                   Independencia

12.- Grupo de Teatro “Elecho”                                                             Barranco

13.- Grupo de Teatro “Revelación”                                                      Comas

14.- Grupo de Teatro “Amauta”                                                           Lima

15.- Grupo de Teatro y Música “19 de Mayo”                                     Puente de Piedra

16.- Taller de Arte Popular “Tarpo”                                                     Lima

17.- Asociación Teatral “Expresión”                                                    Lima

18.- Grupo Teatral “Amistad”                                                               Comas

19.- Grupo Teatral “Carmen de la Legua”                                            Carmen de la Legua


OBRAS DE AUTOR PERUANO (ADAPTADAS O NO)

REPRESENTADAS POR LOS GRUPOS ENCUESTADOS


“Se administra justicia” de Sara Joffré

“El rescate” de Humberto Camargo

“El sueño del pongo” de José María Arguedas

“Motivo campesino” de Domingo Huamán

“Los migrantes forzados” de Humberto Camargo

“La agonía del Rasu Ñiti” de José María Arguedas

“Clave dos manan” de Grégor Díaz

“Castillos en el aire” de autor anónimo

“La gallina” de Víctor Zavala

“El gran tú” de Juan Rivera Saavedra

“El terrorismo se apoderó de la capital” de Hernando Cortes

 “Karadoshu” de Aureo Sotelo

“Calixto Garmendia” de Ciro Alegría

“Warma Kuyay” de José María Arguedas

“Confusión en la prefectura” de Julio Ramón Ribeyro

“Cercados y cercadores” de Grégor Díaz

“Paola sobre ruedas” de Paco Campos

“Casos de conciencia” de César Vega Herrera

“La campana” de Julio Ortega

“El último cliente” de Julio ramón Ribeyro

“Alberto el bueno” de Juan Rivera Saavedra

“El rabdomante” de Sebastián Salazar Bondy

“Los gallinazos sin plumas” de Julio Ramón Ribeyro


NOTA: (3)
En la década del 70, el único premio anual, de carácter nacional que estimuló la creación de los autores teatrales fue el convocado por el Teatro Universitario de San Marcos. A éste en la actualidad se agrega el concurso Municipal de Teatro y otros géneros. Sin embargo, dichos concursos no contraen la obligación de escenificar la obra premiada, sino solamente la opción de hacerlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario