LA CEREMONIA

A la búsqueda de una obra breve para mis alumnos del Centro Cultural de Bellas Artes, he tipeado este drama experimental que escribí muy joven para explicarme una noticia que entonces leí en el periódico: una mujer arrojó al mar a su pequeño bebe, antes de tratar de suicidarse, y luego ser sentenciada a prisión. 

LA CEREMONIA
Obra de Alberto Mego (1973)

BAJO UN DEBIL CENITAL, SENTADA EN UNA POBRE SILLA DE PAJA, LA MUJER APARECE FRENTE AL PUBLICO, PENSATIVA. EN SU INDUMENTARIA SENCILLA DESTACA ALGUN DETALLE DE FORZADA ELEGANCIA. SE ESCUCHA LA VOZ, INEXPRESIVA, DEL HOMBRE.
VOZ
Teresa de 25 años. Encarcelada en Chorrillos. La justicia es ciega. Cuánta delincuencia, Dios mío. El Prefecto ha llegado. Hoy es día del Preso. Encendieron las luces. Comenzamos.
LUCES ALTAS. APARECE EL HOMBRE. TIENE EL ROSTRO PINTADO DE BLANCO Y VISTE UN SACÓN CUYO INTERIOR MUESTRA AL PÚBLICO DESCUBRIENDO UN JUEGO DE MASCARAS O SOMBREROS QUE USARA SUCESIVAMENTE PARA CARACTERIZAR A SUS PERSONAJES. BREVE PAUSA. LENTAMENTE, DESPUES DE HABERLA ESCOGIDO CON SILENCIOSO CUIDADO, SE PONE UNA MASCARA Y ES EL MAESTRO DE CEREMONIAS QUE BUSCA Y REBUSCA PALABRAS EN EL AIRE.
M. DE CEREMONIAS
¡Señoras y señores!... ¡Buenas noches!... ¡Sean bienvenidos!... Nos hallamos en el Centro de Rehabilitación Femenina, dispuestos a iniciar la celebración del Día del Preso… Pero antes de abrir el programa –preparado en forma especial para esta significativa ceremonia- quisiera comentar brevemente las razones que lo motivan… Señores: nuestra historia ha sido una larga y oscura noche, donde viviendo en la debacle, en medio de la anarquía, fuimos víctimas desconsoladas de la injusticia social… Pero -gracias al saludable esfuerzo de nuestras fuerzas armadas- vencimos todos los obstáculos. ¡Logramos un sistema armonioso para concebir y ordenar el mundo, la política, el trabajo… la justicia, la moral, la educación!... ¡Un sistema matemático!... donde todos los hombres y mujeres contribuimos al progreso de la Nación… Sin embargo, los humanos insisten en ser a veces indomable bestia: embiste con su furia zoológica el esfuerzo de sus congéneres. Destruye, roba, mata. ¡Mata, sí señor!... ¿Y los hombres justos? Organizados en sociedades milimétricas, actúan de acuerdo a ley; encarcelan a esos parias, los privan de la libertad –sagrado don- para preservar al bien del mal, el fruto invalorable de una civilización cristiana… Pero en noches como ésta, una reflexión viene a cuenta: ¡cuánto camino nos falta recorrer!... Hemos venido en busca de las ovejas descarriadas a demostrar que la indulgencia es don de justos. Errare humanus est, dice el dicho. Y los presos, las reclusas, ya que se trata de una cárcel de mujeres, no podrán olvidar este instante de calor, quedará grabado en sus corazones, pues con este fin se estructuró este programa… (SACA UN PAPEL Y LEE) En primer término, el Himno Nacional, magistralmente interpretado por la Orquesta “Liberación 2000”, compuesta de músicos rehabilitados… ¡Adelante, maestro!
DA UNOS PASOS, QUIZA VALIENDOSE DE OTRA MASCARA, Y ES EL DIRECTOR DIRIGIENDO LA ORQUESTA EN SILENCIO. AL FONDO, MUCHAS RECLUSAS EN LA MISMA MUJER, CURIOSEAN, EMPINANDOSE PARA VER MEJOR AL DIRECTOR, CUYOS GESTOS GRAVES COMENTAN CN HILARIDAD, MUDAS CARCAJADAS, POSTURAS GROTESCAS, ETC. PAUSA ABRUPTA. LA MUJER QUEDA DE ESPALDAS, DESAFIANTE, CON LAS MANOS EN LA CINTURA. NUEVAMENTE, EL HOMBRE ES EL MAESTRO DE CEREMONIAS.
M. DE CEREMONIAS
(APLAUDIENDO) ¡Merecidos aplausos!... Señores: la Orquesta “Liberación 2000”, más que un grupo de músicos, es la encarnación viva del perdón social. Eran vulgares delincuentes, renegados antisociales, pero mientras purgaban sus culpas, escucharon el llamado del arte… ¡Y la sociedad los ha redimido, los ha incorporado a su seno! Insistieron en brindar un grano de arena a esta celebración, nosotros tenemos mucho gusto de contar con sus presencias ejemplares. (BREVE PAUSA). Antes de continuar con el programa, quiero dar una calurosa bienvenida al Prefecto que acaba de ingresar acompañado de los delegados del Ministerio de Justicia. ¡Sea bienvenido, señor Prefecto!
CRUZA LA ESCENA. ES EL PREFECTO QUE CAMINA OSTENTOSAMENTE, CON LENTES AHUMADOS. TOMA ASIENTO, RESPONDE A LOS SALUDOS DEL PÚBLICO SONRIENDO CON EXAGERACIÓN, LANZANDO BESOS VOLADOS, HACIENDO GRANDES ADEMANES DE ASENTIMIENTO. PAUSA. NUEVAMENTE, EL MAESTRO DE CEREMONIAS.
M. DE CEREMONIAS
(MIRANDO SU PROGRAMA) Como segundo número, Teresa, miembro de esta comunidad, acompañada en los compases por la orquesta “Liberación 2000”, hará gala de su sensibilidad artística, interpretándonos el vals “Tu amor es pasajero”… Y después, ¡sorpresa!, una miscelánea de magos, ilusionistas y contorsionistas… Por ahora, Teresa y la Orquesta “Liberación 2000”. ¡Adelante maestro!...
EL HOMBRE VUELVE A UBICARSE EN EL EMPLAZAMIENTO DEL DIRECTOR DE ORQUESTA, LISTO PARA COMENZAR, PERO INTERRUMPIDO POR LA MUJER, AHORA UNA CELADORA, QUE GRITA DESDE ATRÁS, TODAVIA DE ESPALDAS.
CELADORA
¡Me vas a escuchar, carajo!... Va a haber un “show” de reclusas para el Prefecto. Están buscando a alguna que cante o baile. Te busco a ti porque también fui madre, tuve hijos hasta que llegó la tuberculosis y se los llevó… Bueno, creo que tuve suerte. Tú te adelantaste… ¡Cállate! ¡No me vengas con poemitas, carajo! Te jodiste porque eso tiene cárcel. Pero me das pena. Y, dejándose de vainas, te portas bien. No quiero imaginarme a la “Carola” en el tabladillo: manda a la mierda al Prefecto y después yo pago los platos rotos. Además… tienes buen rabo… y unas tetas. ¿Qué haces aquí, mujer? Sería una leche que el Prefecto se fije en ti, ponte un vestido decente. Te prestaré un colorete, te haces un peinadito, así, coquetón. A lo mejor te lleva. ¡Y a la porra la condena! ¡Cuántas se habrá llevado ya ese jijuna! Pueda ser que le gustes… dicen que tiene una casita… Allá la Corte que hizo un estudio enredado de tu caso, con juramentos sobre la Biblia, con abogados y todas esas cosas. Aquí, si tienes buen trasero…
LA MUJER VOLTEA Y AVANZA BRUSCAMENTE.
MUJER
(AL PUBLICO) ¡Soy inocente! ¡Los delincuentes son ustedes!
EL DIRECTOR DE LA ORQUESTA, CONFUNDIDO, VUELVE A SER EL PREFECTO, TOMA ASIENTO Y COMENTA CON SU IMAGINARIO ACOMPAÑANTE.
PREFECTO
¡Está loca esa mujer! ¿Yo soy un delincuente?... A lo mejor es parte del programa… Puede ser un poema, está recitando.
MUJER
¡Lo adoraba! ¡Por Dios que sí!... Pero no quería que se muriera de hambre. Y voy a decirles una cosa: ¡no me arrepiento!
PREFECTO
(A SU INTERLOCUTOR) Esto no me gusta… Bueno, es imprevisible. Esta gente con la jodienda adentro… Si los encierras, igual es. Cuando salen, vuelven a caer. No escarmientan. A los dos meses, otra vez están acá… ¡Y se quejan! Cuánta gente honrada no tiene ni el techo que sí tienen estas desgraciadas!... ¡Deberían estar orgullosas de esta cárcel!
RUPTURA. LA MUJER, GRITANDO, FELIZ.
MUJER
¡Me voy contigo, me voy! ¡Te quiero!
EL HOMBRE ES EL CONVIVIENTE. LA ALCANZA. SE ABRAZAN Y BESAN.
CONVIVIENTE
¡Yo también! ¡Mucho!... Arregla tus trapos que nos vamos: ¡He conseguido un cuartito!
MUJER
¿De verdad? Y cómo es…
CONVIVIENTE
Ya lo vas a ver… ¡También conseguí un trabajo!
MUJER
¿Te van a pagar?
EL HOMBRE ES EL PROPIETARIO. VIOLENTO.
PROPIETARIO
¡A mí no me venga con cojudeces, por favor!... ¡Usted trabaja, gana! Trabaja-gana. Trabaja-gana. Trabaja-gana. ¿Y entonces?... (A LA MUJER) Eso es asunto suyo, señora. Volveré otro día. Pero dígale a su marido que si no me paga, ¡los boto! (SALE).
MUJER
¿Hasta cuándo estaremos así? Ni siquiera tenemos un rincón donde vivir. Todos los meses viene este señor y yo no sé…
VUELVE EL CONVIVIENTE.
CONVIVIENTE
(A LA MUJER QUE DUDA) ¡Me han pagado!... ¡Vamos! ¡Vamos! ¿Prefieres quedarte en este cuarto apestoso, en la oscuridad, en medio de las cucarachas? No seas tonta. Vamos, a esta hora la ciudad es un parque de diversiones, todo el mundo sale. Pero apúrate. Anda, vamos. Hay unos juegos electrónicos con bombas que se prenden y apagan, las calles llenas de autos (TOCA CLAXON COMO UN CHOFER IMPACIENTE) La gente está riendo, es feliz. ¡Anda, vamos! ¡No te hagas de rogar!
LA MUJER ES CONVENCIDA. SALEN CORRIENDO POR LOS LATERALES. ANTES DE SALIR, LA MUJER SE ESTRELLA CONTRA UNA PARED INVISIBLE Y CAE TOMANDOSE EL ABDOMEN. EL CONVIVIENTE EN EL LATERAL OPUESTO, MUY SERIO.
CONVIVIENTE
¡Un hijo!... Me despidieron del trabajo, a ella no la dejarán trabajar con hijos, debo cuatro meses en el cuarto. ¡Por la puta madre!
MUJER
(PONIENDOSE DE PIE, SERENA)
Es que no lo cobijaste en tu vientre./ Es que no te desangraste por él./ Es que no le diste nunca el pecho./ Por eso jamás sabrás qué es un hijo.
EL HOMBRE VUELVE A SER EL PREFECTO.
PREFECTO
(A SU INTERLOCUTOR) Qué buena concha, ¿y para qué tienen tantos hijos? Se emborrachan, pasan el tiempo (ca-chan-do), se reproducen como cuyes, qué plata les va a alcanzar. Ah, y las huelgas, hay que ver cómo reclaman…
SE PARA SOBRE LA SILLA, ES UN DIRIGENTE OBRERO.
DIRIGENTE
¡Hacemos un llamado a las organizaciones sindicales, campesinas, de pueblos jóvenes y organizaciones populares en general, para coordinar acciones que impulsen la lucha en pos de la conquista de los legítimos intereses del pueblo, a través de la huelga general! ¡Viva la huelga! ¡Viva el pueblo unido!
LA MUJER DA DE COMER A UN HIJO INVISIBLE. SIMULTANEAMENTE, EL CONVIVIENTE.
MUJER
(REPRIMIENDO SU FURIA, A CADA CUCHARADA) Ésta por la tía Juana…
CONVIVIENTE
Es difícil decirte, pero…
MUJER
Ésta, por la vecina que nos regaló la sémola…
CONVIVIENTE
…No soporto esta pobreza. A veces, no quiero ser irresponsable y trato de… Pero es inútil: las cosas están cada día peor…
MUJER
Ésta por tu papá que nos quiere mucho. ¡Porque nos quiere, hijo! ¡Nos quiere!
CONVIVIENTE
…Me he dado cuenta que soy un estorbo. Mejor es que me vaya… (CAMBIO, LA MUJER QUEDA INMOVIL) y vuelva cuando se arregle esto, señor juez, pero esto no lo arregla nadie. Me puse a chupar, me encontré con otra, ¡una mujer estéril! Pero no, tengo otro hijo, otro hijo en este mundo de mierda, qué culpa tiene ella.
MUJER
(TIERNA) Era tan bonito, le estaban saliendo los dientes… (FRIA) ¡Ja! Para qué le iban a servir.
HOMBRE
¡Silencio!
DA UNOS PASOS EN DIRECCION AL PUBLICO. ES EL FISCAL.
FISCAL
Vivimos tiempos convulsionados donde el miedo y la agresión son angustias cotidianas que limitan el libre desarrollo del espíritu constructivo, natural en nuestra patria. Honestos trabajadores discurren con temor por calles oscuras que acogen en sus sombras a una delincuencia cada vez más avezada, cuyo argumento más ingrato pretende culpar -¡oh, perfidia!- a la sociedad, a esta madre que trata a sus hijos por igual, brindándoles educación y un sentimiento nacional que la enorgullece frente al mundo… ¿Culpa de la sociedad las ovejas negras que van contaminando el aire, inquietando venenosamente al rebaño? ¿No brinda acaso las mismas posibilidades a los hombres y mujeres del país? Entonces, les pregunto, si el propio individuo decide su destino, porqué culpar a la sociedad cuando éste prefiere delinquir… Cuando prefiere la vagancia y no el trabajo, ¿no es su propia culpa? Cuando prefiere el conformismo y no la superación, ¿no es su propia culpa? Cuando prefiere la pobreza alcoholizada y no el sacrificio del ahorro, ¿no es su propia culpa? Cuando prefiere un hogar promiscuo de hijos ilegítimos y no una familia digna y satisfecha, ¿no es su propia culpa? ¿Y no es su propia culpa, solamente suya, solucionar violentamente los problemas que él mismo se buscó?... Una noche más la verdad se impone: el delito no tiene justificaciones y merece todo el peso de la ley. (SALE).
LA MUJER, QUE LO ESCUCHABA INEXPRESIVA, RAPIDAMENTE DA UNA VUELTA AL ESCENARIO, VOCEANDO:
MUJER
¡El crimen más espantoso del siglo!
DE INMEDIATO, INGRESA EL PERIODISTA CON SUS MAQUINAS FOTOGRAFICAS Y DE GRABACION.
PERIODISTA
(A LA MUJER QUE LO MIRA INEXPRESIVA) A ver, señora, un poquito rápido, estoy apurado… ¿Cómo se llama? Ah, sí… (APUNTA) Usted va a cantar “Tu amor es pasajero” ¿no?... Ah, no, perdón, yo soy el periodista y usted la mujer… Entonces, qué pensaba durante el crimen… ¿Lo odia?... ¿Lo ama? ¿No le dio pena? ¿No le dio asco?... (APUNTA) No, no le dio asco… ¿Está arrepentida? (DE PRONTO, CANTA) “Arrepentida estarás, por haberme conocido”… Perdón, en qué estábamos… Ah, si… ¿Cree en Dios? ¿En quién cree? No, no cree en nada. (APUNTA) No cree en nada… Bueno, unas fotitos…
PARA TOMARLE FOTOS, EL PERIODISTA MANIPULA A LA MUJER COMO A UN MANIQUI. MIENTRAS HABLA ELLA SIEMPRE TIENE UNA POSTURA RIDICULA Y GROTESCA QUE EL PERIODISTA LE HA INDICADO.
PERIODISTA
(MARAVILLADO) ¿Y lo llevó al muelle?... ¿Había neblina?
MUJER
Sí.
PERIODISTA
¿Hacía frio?
MUJER
No.
PERIODISTA
El mar, ¿manso o movido?
MUJER
Movido.
PERIODISTA
Barcos a lo lejos, me imagino.
MUJER
Sí.
PERIODISTA
Lástima, ¡buena foto hubiera salido!
MUJER
Le lavé la cara como siempre y fuimos hasta el muelle, allí nos esperaba el fondo del océano, y nada más señor Prefecto.
PERIODISTA
Hum, qué interesante. A ver, qué título le ponemos… (PIENSA) “Chola mata ñaño”. No. “Pitacho muere moro”… (A LA MUJER) Porque no estaba bautizado ¿no?... Puede ser, puede ser. Y… “Serrucha da vuelta baby”. No, no… ¡Ah ya! “Gila finiquita guagua”. ¡Qué buena!... Continúe, continúe, la grabadora está funcionando.
LA MUJER HABLA AGITADAMENTE MIENTRAS EL PERIODISTA LE TOMA FOTOS PONIENDOLE CARTELES PUBLICITARIOS CON SLOGANS COJUDOS.
MUJER
Todo fue muy rápido, tenía cargado a mi hijo. No sé por qué, al salir del cuarto, llevé mi cartera. En el camino la abrí para buscar un espejo, no sé por qué quería mirarme por última vez. Mi hijo comenzó a llorar, seguro que lo presentía. Mientras lo calmaba, las lágrimas se me salían de los ojos. “Ya, ya va a pasar”, le decía, como cuando tropezaba con algo y yo le prometía que el dolor iba a pasar. “Ya, ya va a pasar”. Había neblina, pero no mucho frío, era uno de esos días de niebla con sol, el cielo brillaba y se reflejaba en el mar. Allí estaba el barranco, de sus rocas salientes se asomaban los musgos, negros y verdes. Y el mar los salpicaba con su espuma amarilla y un murmullo que repicaba en mis oídos. Una, dos, tres veces dije no, no, no. No sé en qué momento las voces del mar y el llanto de mi hijo se combinaron, perdí la paciencia, golpeé fuertemente sus mejillas y lo tiré por el barranco. Después me aventé yo y la brisa se amontonó en mi rostro y el mar dio un gran grito… Todos los días voy al muelle y mato a mi hijo, y así será – no hasta que se cumplan los 20 años de prisión a los que me condenaron, no hasta que el Ministerio de Justicia se compadezca y me conmute la pena, no hasta que usted, señor Prefecto, abra sus orejas y escuche, abra sus ojos y vea- sino hasta el día en que el hambre de todos los hambrientos se convierta en furia, y esta furia en calma y esta calma en paz.
EL ULTIMO CARTEL QUE EL HOMBRE LE PONE ES “THE END”
Lima 1973.