CARTA A UNA JOVEN ESTUDIANTE DE TEATRO III Más filosofía


¡Claro que los estudios de filosofía son fundamentales
en la formación de un actor! 
Cómo no van a ser necesarios si aquel va a representar
al ser humano, debe pues conocer la historia de la
consciencia de éste,
debe conocerla, y reconocerla, y criticarla, y tener
una posición frente a la historia del hombre,
por eso la filosofía es un punto básico para la
representación de los diferente tipos de
personalidades que puede representar, y eso es parte
de una buena formación académica.
Ahora, hay que tener claro que el hombre en tanto ser
social, es también un ser histórico y eso significa
que a lo largo de su tiempo ha vivido procesos, etapas
y periodos específicos que dieron forma                                                              
a su conciencia. Consecuentemente, no existe el hombre como
generalidad, sino como ser históricamente determinado,
es decir, hay hombres (y mujeres) de este tiempo y de
otro (y debemos decir también que actualmente hay
hombres y mujeres con mentalidades de otro tiempo y de
tanto tiempo atrás).
Lo que quiero decir es que, por ejemplo, la filosofía
llamada clásica, es la filosofía de un tiempo
determinado, y no la filosofía de todos los tiempos.
En ese tiempo, dado el nivel de desarrollo, los
hombres podían imponer un manera de pensar entonces
válida para todos, absoluta, pero más tarde,  en
determinado periodo del desarrollo material, el hombre
es capaz de comprender las leyes sociales que rigen su
existencia, en consecuencia, el conocimiento de esas
leyes nos abren nuevas maneras de comprender la
realidad.
La filosofía es la manera como determinado proceso histórico
social impone sus convencimientos y sus leyes,
de modo que por ejemplo en el periodo de Platón,
durante el esclavismo, era posible justificar, vía
filosofía, que unos nacieron para gobernar y otros para
ser gobernados,
a nadie se le hubiera ocurrido creer que los esclavos
pudieran subvertir la mesa del poder
pero, dado determinando avance de los medios de
producción material, el hombre llega al convencimiento
que es esa producción material la que permite el auge
del desarrollo humano. 
Es recién en los últimos siglos, con la llegada de la
burguesía al poder y la aparición del proletariado en
la historia cuando el hombre comprende que la sociedad
está dividida en clases, por ley de la contradicción,
y que la filosofía es la manera de pensar de los que
están a la cabeza del poder. Como consecuencia, se
produce una filosofía de los que no están en ese
poder, y ello a causa, otra vez, del desarrollo
material, es decir, la insurgencia del capitalismo... 
Este tema ha sido ampliamente tratado por historiadores,
filósofos y economistas, a este respecto es importante
conocer la teoría materialista de la historia, pues a
través de ella, y de sus más importantes gestores, Marx
y Engels, es posible entender la filosofía desde el
punto de vista de las contradicciones sociales y
específicamente desde la percepción de la clase
destinada a liberar a la sociedad en su conjunto, el
proletariado.
Hasta hace muy poco tiempo un actor podría preguntarse
“¿y qué tiene que ver todo esto con mi arte?” y
nosotros podemos afirmar que incurre en una grave
irresponsabilidad el actor que representa a un
personaje sin indagar en sus referentes sociales, en
su historia, que es al mismo tiempo el estudio de la sociedad en la
que está inmerso, la historia del pueblo al que
pertenece.
13 de mayo, 2003 

CARTA A UNA JOVEN ESTUDIANTE DE TEATRO II. APOLO Y DIONISIO




No cabe duda el papel que cumple el estudio de
filosofía entre los artistas, y eso incluye a actores
o bailadores, como dices. En realidad, el estudio de
filosofía debería iniciarse tan pronto el ser humano
da sus primeros pasos, pues justamente el hombre es un
ser filosófico desde temprana edad. 
Ciertamente, uno de los primeros cultos que el hombre
tuvo en su historia es el culto a las fuerzas de la
naturaleza, comprendiéndose a si mismo entre ellas,
ese es básicamente el culto dionisiaco, que entre los
griegos era representado por el Dionisios,- que da
lugar al teatro-, y entre nosotros los peruanos por
los dioses representativos de las fuerzas naturales
encarnados en animales, como la serpiente (divinidad
muy importante varios siglos en las culturas Chavin y
Mochica), el puma, etc. El macho cabrio es el
prototipo de Dionisios. Más tarde da lugar en la
inoconografía cristiana, al "diablo", pues al
imponerse el cristianismo impone otra racionalidad, y
otros dioses, y defenestra a Baco, el dios de la vida
de los romanos, directo heredero de Dionisios. 

Un filósofo destacado, en cierto modo, padre del
moderno existencialismo (el ser y la nada, ver
Sartre),  fue Nietzsche. Renegado del cristianismo,
reclama una racionalidad superior de la filosofía,
pues el cristianismo sembró de pusilánimes el  mundo
que vivió el filósofo. Había necesidad de crear al
"superhombre". Este filosofo es también padre del
individualismo, de las superestrellas, dicen que del
nazismo, y de la contradicción dionisiaco-apolineo,
donde lo primero es la energía universal y lo segundo
la super racionalidad. 

Esta es una polaridad artificial. No hay que hacer
mucho esfuerzo para comprender porqué este filosofo
tiene tanto ascendiente entre algunos artistas. Por
ser generalmente seres sensibles, viven en esa
polaridad: listos para lanzarse al cuello de su
entorno, o llenos de indiferencia. A menos que
comprendan que la disyuntiva real es: en qué medida
participan de las necesidades culturales de las
grandes masas, e integrados a ellas, con toda su
sensibilidad y su conciencia, contribuyen a su
elevación.

Todavía en el mundo contemporáneo, escritores de la
talla de Vargas Llosa, enarbolan la teoría de que el
acto creativo es un encuentro con los "demonios"
internos que cada cual expulsa en dicho acto. Debe ser
por eso que cada día sus obras, como sus pensamientos,
están más bien afincados en la defensa del sistema, en
las formas arcaicas de las relaciones sociales y en un
liberalismo hipócrita.  Muchos otros artistas cultivan
sus irracionalidades, a través de diferentes medios,
porque supuestamente rinden culto a sus "diablos", la
"posesión" les permite hacer sus obras. Y ya sabemos
qué resulta de esas "poseciones".

Como comprenderás, todo esto me parece pueril vanidad,
pensamiento atrasado, sujeto a feudalidad,
individualismo disfrazado de fatalidad, ensarte más
que arte, y principalmente, argumento aburguesado que
trata de contraponer la relación intrínseca,
necesaria, fundamental, entre el individuo y la
sociedad, entre intelecto y obra, entre deseo y
propósito. 

¿Cómo se une lo racional con lo subjetivo? me
preguntas. 
Pero ¿es que estuvieron separados en algún momento?
¿Alguien vio a la razón pura caminando por la calle?
¿O el sentimiento más elevado, reconfortado entre los
pobres? La idea de la pureza, es en el fondo una
herencia cristiana, pues en la realidad no existe. No
existen los elementos químicamente puros, me decía un
señor biólogo. El mundo es una unidad, y es
contradicción. Y de esa materia contradictoria están
hechos todos los cuerpos del universo. Así en el arte,
como en la ciencia, en la vida diaria, como en
nuestros grandes proyectos. Y en la composición de un
personaje, hay que observar principalmente sus
referentes sociales, pero también la cuota de
humanismo, de purismo que le sembraron en el pecho,
sus contradicciones. Y su unidad. Sin ello, nuestros
personajes serían planos, unidimensionales,
superficiales.  

Si queremos que nuestro teatro sea grande, y estoy
seguro que así lo quieres tú, estudiemos la
complejidad de sus personajes desde todos los ángulos,
y resolvamos sus contradicciones preguntándonos
¿adónde quieren ir? ¿qué quieren de la vida? ¿qué
posición ocupan en el seno de su sociedad? ¿De qué
manera contribuyen a modificarla? Y ello, desde
dentro, desde las tripas, hacia fuera, porque
representamos a seres humanos, material e
históricamente determinados.

¡un abrazo y muchos éxitos!

Palabras en el sepelio de mi padre...


Gracias a todos los amigos y amigas que a través de llamadas, mensajes y presencias me acompañaron en este trance. Palabras más, palabras menos, esto fue lo que dije cuando me invitaron a hablar en el momento final del sepelio de mi padre:

Quiero, en primer término, agradecer profundamente la amistad y la solidaridad que han mostrado todos Uds., vecinos y familiares, en correspondencia a la amistad y solidaridad que siempre tuvo mi padre con todos nosotros. Esta fue siempre la actitud más saltante de Teodoro Mego, que ahora acompañamos en el fin de su forma física, porque la vida de un hombre siempre es más significativa que su muerte. Y eso corresponde a cómo recordamos a las personas.

Por eso, permítanme evocar la trayectoria vivencial de mi padre. Teodoro Mego nació en 1930 en Cajamarca. A los quince años, vino a Lima acompañando a un familiar, su anciana abuela, pero a la hora de volver, por sus ansias de conocer la gran ciudad, decidió escapar y quedarse aquí. Por su disposición al trabajo, adquirió pronto el oficio de obrero carpintero que lo acompañó toda su vida.

En 1950, Teodoro Mego tenía 20 años. Pocos años atrás había terminado la II guerra mundial, y en el concierto político del mundo había aparecido un gran protagonista, la Unión Soviética. Desde 1917, los trabajadores organizados habían tomado el poder en Rusia y, bajo la guía de la Ideología del Proletariado, por primera vez en la historia transformaron una vieja sociedad en una república de trabajadores. Desde entonces en la Unión Soviética, y más tarde en China, el capital fue el resultado del trabajo, y no al revés, como ahora vemos.

Mi padre adhirió a esta ideología y en su juventud fue un activista. Eso explica la conducta que Uds. han apreciado en su barrio de Ventanilla.  Yo nací cuando él tenía 24 años y bebí de esta influencia que me ha acompañado siempre. No creo, sin embargo, tener como él ese profundo desprendimiento, esa hospitalidad, esa incomparable actitud de servicio para con los demás, esa sencillez que lo llevaba siempre a contar con la confianza de todos. 

Todos cumplimos un ciclo, y Teodoro Mego a punto de cumplir 82 años ha cumplido largamente su tarea de servir, proyectar confianza y optimismo, sin exagerar, siempre serenamente.

Vuelvo a agradecer profundamente todas las expresiones de cariño y solidaridad que he visto en estos días. Y a propósito de la muerte, termino invitando al poeta y declamador José Luis Ojón a trasmitirles un mensaje de César Vallejo, nuestro gran poeta universal:

MASA
Al fin de la batalla
y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre
y le dijo: "¡No mueras, te amo tanto!
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Se le acercaron dos y repitiéronle:
"¡No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,
clamando: "¡Tanto amor y no poder nada contra la muerte!"
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Le rodearon millones de individuos
con un ruego común: "¡Quédate, hermano!"
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Entonces todos los hombres de la tierra
le rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado;
incorpórose lentamente,
abrazó al primer hombre; echóse a andar...