Palabras iniciales en mi libro "Teatro para la Escuela"

 Palabras iniciales en mi libro "Teatro para la Escuela" recientemente publicado en Amazon

Algunas palabras del autor
Al lado de Gina, buena parte de mi vida hice intensamente teatro para niños. Allí quizá ella comenzó a poner su mejor interés en esta importante área de la escena. Y yo también. Existían entonces muchas agrupaciones que ofrecían obras de un moralismo mortal, que satisfacían principalmente a los padres/madres, en nombre de la domesticación que querían para sus hijos e hijas. No se tomaba en cuenta sus verdaderas inquietudes, como decía Gina. Así, al influjo de aquella joven actriz y del clima optimista que se respiraba durante el fin del gobierno militar (1968-1979), escribí algunas de las obras contenidas en este libro, siempre con un grupo al frente para ser realizadas de inmediato.
La imaginería fue nuestro baluarte inicial y sus destrezas fantasiosas no nos hacían ni más grandes ni más pequeños que aquellos que criticábamos en festivales y congresos de esa época. Aunque debo reconocer que los juegos escénicos propuestos por el grupo de teatro y títeres YAN KEN PÓ que pronto constituimos Gina López, Maritza Kirchhausen, José Salas y yo, para suerte nuestra, cautivaron desde el principio la atención de numeroso público.
Yo estaba maravillado por el poder del juego y el efecto embrujador de la palabra. Más allá de raciocinios y argumentaciones, sin más moralina que el encanto de volar, podíamos mantener en silencio y al mismo tiempo levantar de sus asientos a los niños/niñas que asistían a nuestras representaciones en diversos teatros y en los patios de los colegios. Allí donde fuera posible representar obras como Pelusa, Kopérnico, Paula y las Flores, Las aventuras del Pequeño Jhon, El beso de la niña que transformó el caballo en hombre (que obtuviera el premio Francisco Izquierdo Ríos en el Concurso Nacional de Obras de Teatro para Niños convocado en 1984 por la Asociación Nacional de Escritores y Artistas, ENAE, presidida entonces por Magda Portal y actualmente desaparecida). Más tarde, a excepción de Pelusa, estas obras serían publicadas en 1987 por Lluvia Editores, con ese beso como título del libro.
Pero todo tiene un final.
Alguna gente se preguntaba ¿qué pasó? ¿Por qué en su mejor momento el grupo anunció su fin? Solamente puedo decir que el clamor social embargó la orientación de mis trabajos, y cumplido el ciclo del grupo decidimos, no sin desavenencias, la cancelación del periodo de teatro dirigido a infantes, para pasar -en mi caso- a no sabía qué incertidumbre. En resumen, yo quería hacer un teatro más cercano a la cotidianidad, a la vida y a sus contradicciones. De modo que recopilé las obras breves que de tiempo atrás me ejercitaban en el lenguaje y en los contenidos, y fueron publicadas. El libro, como la obra que incluía, se llamó “La obra debe continuar” y fue editado por la Sra. Sara Jofreé con Homero, Teatro de Grillos en 1984.
Y continué.
De aquel periodo es El mundo de Santiago, versión teatral del cuento gráfico de Ana Mayer, obra que también nos acercó al multitudinario público del cono norte de Lima donde se instaló la actuación y difusión del Teatro de la Universidad de Ingeniería (TUNI) que dirigí de 1984 a 1992. Fue integrado por estudiantes y aficionados/as con quienes hicimos un gran recorrido artístico en la Lima de entonces. Miles de funciones. Y no solo en Lima.
Y después vino ese etéreo desconcierto.
Encantado con el desafío, haciendo algunos trueques conmigo mismo, seguí escribiendo para los encargos de Gina. De ese momento son las obras Mercedes Mujer, La Oruga Huga, Las Gallinas Sembradoras y El Libro de la Selva, que fueron representadas con su dirección en muchos nidos, guarderías, colegios primarios y secundarios. Y también sin su dirección y sin mi permiso.
Luego se impusieron las distancias, el esto es mío y esto es tuyo. Las soledades. Pero el teatro siguió siendo una necesidad y persistimos con nuestra propuesta de teatro “todo terreno”. Nuevas experiencias, nuevos momentos, siempre en el deseo de ser útiles, aunque no tuviéramos un peso en la cartera.
En el Taller de Teatro Boulevard Quilca, que iniciáramos en el nuevo milenio, nos quedamos con las ganas de hacer teatro para niños. Sin embargo, representando al Perú participamos al lado de Luisa Santisteban en el primer Congreso Mundial de Teatro Popular que se llevó a cabo en Santiago de Chile en 2003. Pasamos luego a dirigir el Centro Cultural del Palais Concert, donde tampoco hicimos obras para niños, pero abrimos sus puertas a múltiples actividades que comprendían atención a la infancia. Antes que finalmente el mercantilismo convirtiera el histórico edificio en remodelado bazar.
Con el Colectivo de Arte y Cultura César Vallejo que atendía diversas formas de arte en su oficina de Camaná 879, junto a José Luis, Micky y el profesor Luis Yáñez, aceptamos una propuesta para formar un centro cultural en Piñonate, uno de los barrios más peligrosos de Lima. Allí teníamos un local mínimamente equipado y sin condiciones el sueño de su propietario, Soylo Blas, que quería orientar su querido barrio hacia lo cultural, hacia el deporte. Después de la propaganda, los niños y niñas del lugar fueron los primeros en llegar. En realidad, fueron los únicos. Así fue cómo nuestro flamante centro cultural se llenó de pequeños y pequeñas, hijos de trabajadores y también de granujas que nos encargaban sus vástagos mientras navaja en mano asaltaban a los transeúntes.
Allí tuvimos un grupo de música, otro de sicuris y la singular banda teatral de aquellos actores y actrices infantiles con quienes por sus calles, en sus fiestas y colegios, divulgamos Los gallinazos sin plumas, y después No todo lo que brilla, sobre el derrame de mercurio en la comunidad de Choropampa por parte de la minera Yanacocha, que incluso presentamos en 2007 en el Congreso de la República, al final de una conferencia sobre medio ambiente.
Pero también hice algunos trabajos por encargo. Es el caso de Las palabras del Correcaminos y La Achirana del Inca Pachacutec. El primero fue un pedido de Arturo Villacorta, profesor de la Escuela Nacional de Arte Dramático, para el colegio donde también trabajaba. El otro fue iniciativa de un conjunto de jóvenes egresados de Turismo de la Universidad de Ica que congregaron a más de 300 jóvenes actores y actrices para representar, en el lugar de los hechos, el encuentro de la fuerza Inca dirigida por Pachacutec, y la resistencia de la fuerza local del pueblo de Tate. En esta enorme tarea que incluía numerosas coreografías, conté con la valiosa asistencia de Sandra Tello.
Una cálida noche, recibí una invitación del colegio Atusparia para un debate cultural sobre la trascendencia del personaje que daba nombre al colegio, y sobre el cual tiempo atrás yo había escrito una obra de teatro que obtuvo el Premio Municipalidad de Lima. Como consecuencia de esa charla, poco después fui alentado a dirigir el taller de teatro del colegio. Ésta fue una experiencia de teatro juvenil muy fructífera. Con los integrantes del taller, jóvenes talentosos, inteligentes y críticos, provenientes de familias con un alto nivel de valoración cultural, escenificamos obras como Atusparia, Eva Angélica, No todo lo que brilla, entre muchos otros ejercicios teatrales.
En este taller, como en otros que simultáneamente desarrollamos en distintos espacios de la ciudad y en provincias, jugamos al teatro con todos sus recursos sin perder la línea que conduce el sentido de la obra. Los textos aquí presentados fueron primeramente “jugados”, es decir, ensayados con mucha flexibilidad, cuanto más si se trataba de niñas/niños o de jóvenes adolescentes. Eso lo aprendí también con Gina. El director de este teatro solo es un orientador que faltando pocos ensayos para el estreno vuelve a ser un espectador para adquirir la mirada del público. Recién allí es necesario precisar las reglas. El teatro debe repetirse y ser al mismo tiempo creativo, novedoso. El respeto en el equipo es fundamental para que los acuerdos colectivos se cumplan. Sin una saludable disciplina no funciona nada. Disfruté mucho aquella etapa y debo decir que siempre estoy dispuesto a volver a hacer teatro para este fulgurante sector de la sociedad.
En apretada síntesis, éste es el recorrido social y artístico del libro Teatro para la Escuela (para niños, niñas y jóvenes) que ahora pongo en sus manos.
ALBERTO MEGO
PD.- Muchas, muchos fueron los jóvenes, y no solo jóvenes, que estuvieron en el tramado de estas obras, de muy diferentes formas. Como sabemos, una obra de teatro es solo el iceberg de un proceso. No discutiré aquí dónde empieza ese proceso, pero siempre hay numerosas personas en el entorno, no solo en la escena concreta. Muchos más son los anónimos. Podemos leer una obra de Shakespeare, pero no conocemos la red de relaciones y conflictos que se produjeron en su realización. Es también por eso que no existe arte más colectivo, más puntual y más efímero que el Teatro.

Jose Reyes Roj

Teatro para la Escuela/ Digital

 Para aquellos interesados en mi libro Teatro para la Escuela, en edición digital, aquí la dirección web de Amazon para obtenerlo.

https://www.amazon.com/Teatro-para-escuela-Per%C3%BA-Spanish-ebook/dp/B08L8B24FY/ref=redir_mobile_desktop/141-0611454-7833320?ie=UTF8&fbclid=IwAR049v-G7f5U6agaYGOH3gluoKNyBCKoG0LrwghNg1kgVCkjnB9MPX9xj70&qid=&ref_=tmm_kin_title_0&sr=





Revista Archipiélago de México

 Mi agradecimiento a la revista Archipiélago de la Universidad Nacional Autónoma de México. Este artículo fue escrito en los primeros meses del año, cuando NO previmos la dimensión del virus, por eso el retraso. Sin embargo, tanto ellos como nuestra agrupación, siguen en la persistencia. Gracias otra vez.





A disposición, libro TEATRO PARA LA ESCUELA


TEATRO PARA LA ESCUELA

traté por todos los medios de publicar este conjunto de obras para niños y jóvenes en alguna editorial de Perú,
fueron cinco o poco más, no las voy a mencionar aquí
pero, a pesar que a lo largo de los años
éstas obras fueron ampliamente representadas y escritas o adaptadas directamente desde la acción dramática
para los grupos concretos,
no tuve nunca una respuesta favorable.
quizá en la vitrina de los autores teatrales de mi país no tengo el cartel más atractivo, lo entiendo, así es el fútbol.
no importa, la tecnología, oh tecnología, me salva
y gracias a Amazon aquí está el libro,
dedicado a la memoria de Gina López Follegatti
con quien compartí tanto teatro
(y dos niños, ahora hombres) y tanta vida.
la versión papel puede ser un poco cara
pero pronto sale la versión digital más económica
como mis otros libros que tuvieron
siempre un precio asequible.
podría contar tantas cosas de cada obra,
de los grupos y circunstancias en que las hice,
pero ese es otro cantar.
quisiera que llegue a quienes deseen mover las inquietudes
de los niños y jóvenes, esos que mañana nomás
tendrán el timón del mundo


https://www.amazon.fr/Teatro-para-escuela-Alberto-M%C3%A1rquez/dp/B08HRXWG8J/ref=sr_1_1?dchild=1&fbclid=IwAR1Wz0e7bIqwTVE0qnAYjE2KvJi1Ts1z8kd2lHekvoTIEGrpQTY_c_sbubI&keywords=alberto+mego&qid=1600023569&sr=8-1

MONOLOGUE THÉÂTRAL “NOTRE MÈRE”



MONOLOGUE THÉÂTRAL “NOTRE MÈRE” 
(Basé sur un témoignage réel.
Dramaturgie d’Alberto Mego)


Au Pérou, sous le gouvernement d’Alberto Fujimori, du 6 au 9 mai 1992, les prisionnier.es politiques (hommes et femmes) de la prison de Canto Grande (Lima) furent férocement attaqués par les forces armées de l’Etat, lors d’un acte génocidaire qui a provoqué une cinquantaine de morts et une centaine de blessé.es. Ces crimes, comme tant d’autres, sont restés impunis et font partie des blessures ouvertes dans le coeur du peuple péruvien qui aujourd’hui exige la vérité afin de vivre dans un climat de paix réelle, de travail et de réconciliation nationale.
 Avant-première: Lima, 9 mai 2003,
Centre Culturel Palais Concert. 



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MONOLOGUE THÉÂTRAL
“NOTRE MÈRE”
(Basé sur un témoignage réel. Dramaturgie d’Alberto Mego)


SUR SCENE, UNIQUEMENT UNE CHAISE. BREVE REFLEXION DU PRESENTATEUR SUR LA RELATION ENTRE ART, THEATRE ET REALITE. PUIS EST PRESENTEE L’ACTRICE QUI APPARAIT PARMI LE PUBLIC.

Merci beaucoup. Merci beaucoup de me permettre de dire ce que tout le monde sait, mais ce que peu de gens osent dirent. Merci beaucoup.


I

Je m’appelle Paulina Murillo. C’était entre le 6 et le 9 mai 1992; le mercredi, je me mis à préparer des vivres pour rendre visite à mes enfants… A la télé, j’apprends que la police, bien armée, occupait le toit des pavillons des détenus politiques. Mes enfants étaient des prisonniers politiques. J’ai oublié les vivres, j’ai tout oublié et suis sortie en courant dans cette direction. En arrivant, il était à peu près 7 h du matin, on ne voyait que de la fumée, et aussi des gas sur les toits de la prison.

Je fus la première à arriver, ensuite la presse, les chaînes de télé et les radios sont arrivés. Ils m’ont demandé:
-          Madame, vous avez de la famille là ?
-          Oui, j’y ai mes deux enfants. Une fille et un garçon.
-          Et d’après vous, qu’est-ce qui aurait causé tout ça?
-      C’est un génocide! C’est le génocide que Fujimori a préparé! (FERMEMENT, AU PUBLIC) Parce que c’est exactement ce qu’ils ont voulu faire sous prétexte de les transférer à une autre prison. Ce qu’ils voulaient, c’est assassiner nos enfants!
-          Vous pensez, Madame?
-     Vous ne voyez donc pas que ça en est un? Les détenus ne sont pas nombreux, et regardez combien de policiers il y a en haut, et toute cette fumée qu’on voit!


Cela a continué jusqu’à midi, pleins d’autres policiers ont débarqué.
On s’est réuni avec toutes les familles des prisonniers. On a tapé à beaucoup de portes. Où n’est-on pas allé pour réclamer la vie de nos enfants. Est-ce que ces portes se sont ouvertes pour arrêter les vils génocidaires? Personne ne nous a dit “me voilà”. Au contraire, quand on est allé au bureau du procureur pour parler avec Madame Nélida Colán, qu’est-ce qu’on nous a dit?
- “Non, mesdames, ce n’est pas un génocide. Les détenus ont attaqué la police, elle doit se défendre”.
           
On y a passé toute la nuit. On a dormi par terre jusqu’au lendemain. On s’est partagé le travail: pendant que des parents restaient à la porte d’entrée, d’autres surveillaient ce que faisaient les policiers, et avec encore d’autres parents, on est allé aux bureaux des Droits Humains, on a tapé aux portes de l’Eglise, mais personne ne nous a donné de réponse; toutes les portes sont restées fermées. On est revenu à la prison, décidées à empêcher qu’ils tuent nos enfants, mais la police nous a attaquées alors qu’on était désarmé.

On n’avait que nos coeurs, plein de souffrance et de larmes. Beaucoup de mères se sont évanouies à cause des bombes lacrymogènes, et d’autres ont été blessées par les explosions de bombes. Ils nous ont toutes éloignées de la porte d’où on pouvait tout voir. Pendant la nuit, au petit matin, on était toujours là à la porte, faisant face à la police par notre présence et notre agitation. On pouvait faire que ça pour sauver la vie de nos enfants.

 Le jour suivant, il s’est passé la même chose. On est resté là. Mais le surlendemain, vers 8 ou 9h du matin, on a vu entrer l’Armée, ils portaient même un canon! Quand j’ai vu le canon, j’ai dit aux mères qui étaient près de moi:
- Maintenant ils vont vraiment faire disparaître nos fils et nos filles.

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(ELLE AVANCE D’UN PAS, VERS LE PUBLIC, DE MANIERE DECIDEE) Mais non, ça s’est pas passé comme ça. Je le dis, orgueilleuse d’eux: ce sont des fils très courageux, fils de notre sang, chair de notre chair, qui luttent pour un monde meilleur.


Au bout d’un moment, les explosions ont commencé, elles étaient très intenses, chaque explosion était un coup de couteau dans la poitrine, mais nous, on bougeait pas du front, on a toujours été sur le front, tout comme on le sera pour la liberté des autres et de tous les survivants.

Et comme ça, on est arrivé au 9 mai. Ça a repris en force. On pensait qu’on n’allait plus revoir nos enfants, mais vers 5h du matin, j’ai entendu une voix. C’était la voix de ma fille! Elle demandait l’évacuation des blessés et des femmes enceintes. J’ai pris une femme dans mes bras à côté de moi et je lui ai dit:

-C’est ma fille! Elle est vivante! Ma fille!


J’était si heureuse à ce moment-là, jusqu’à ce que vers 18h30, alors que la nuit tombait, il y a eu un grand silence, et tout à coup une fusillade, mais avant ça une voix s’est exclamé:

-On va sortir, mais on veut quelqu’un pour nous représenter!

On a entendu alors une autre fusillade qui venait de francs-tireurs placés sur les toitures de la prison. Il y a eu à nouveau un silence, la nuit est arrivée, toute la presse et les chaînes de télé aussi; là on a dénoncé ce qu’il s’était passé. Et le 10 mai, vers 3h du matin, on a vu deux autobus sortir, on savait pas à qui ils étaient…


II

…on pensait plus ou moins qu’ils embarquaient les survivants. On les a suivi dans l’obscurité de la nuit pour voir où ils allaient; on en a vu un aller vers le sud et l’autre à la prison pour femmes de Chorrillos, à Lima. C’était nos filles survivantes! Ensuite on est revenue près de la prison où les familles étaients réunies. Et au moment où je suis arrivée, on a vu la Marine de Guerre sortir les cadavres d’une camionette bleue. Les têtes, les bras et les jambes de nos fils étaient là, qui pendaient, pleins de fumée; on pouvait même pas les identifier. Beaucoup de mères se sont mises à pleurer et à crier. Je me suis alors armée de courage et j’ai dû en donner à toutes les mères qui étaient en train de s’évanouir. On a suivi la camionette et on l’a vu entrer à la morgue.

À la morgue, ça a aussi été tout un combat! Le 10 mai, jour de la fête des mères, quel cadeau nous a offert le gouvernement! Alors que nos coeurs étaient détruits par la mort de nos enfants! On a dû lutter, s’accrocher aux grilles et crier: “Rendez-nous nos fils et nos filles! Rendez les nous!” En voyant toute notre force, le directeur de la morgue, docteur Quiroz, nous a dit:

-Vous devez venir identifier les corps de vos morts. Mais vous devez faire la queue et passer par groupe de cinq.


J’ai été la première à entrer. Là, franchement, je m’explique pas d’où j’ai sorti le courage pour bouger un à un les assassinés, pour trouver mon fils ou ma fille. Je courais vers un d’eux, c’était pas lui, vers un autre, que je levais, non plus! J’ai trouvé aucun de mes deux enfants. Un peu plus tard, j’ai refait la queue pour entrer à nouveau, mais rien là non plus.

La nuit tombée, je vais à la Croix Rouge, mais ils étaient ni sur la liste des blessés, ni sur la liste des morts, ni sur celle des transférés. Qu’est-ce qu’ils ont fait de mes enfants! Où sont mes enfants?...Et jusqu’au lendemain, vous croyez que j’ai pu fermer l’oeil sans savoir où étaient mes enfants…?


III

A 6 h du matin, je suis repartie à la morgue pour réclamer le corps de mes enfants. Ils m’ont dit: madame, ils ne sont pas là, allez à l’institution des disparus, ils sont peut-être vivants, ils ont peut-être été amenés à d’autres prisons.

-Ils y sont pas, Monsieur!


Je suis alors allée à Chorrillos, mais une fois là-bas,  ils étaient pas sur la liste. Ma fille n’était pas non plus à Cachiche, la prison au sud de Lima, mais un gardien m’a dit:

-Madame, vous êtes la mère de la “rauque”?  Il m’a dit ça car ma fille avait une voix très forte.

Je lui ai dit, oui Monsieur.

-Ne la cherchez pas. Ils ont assassiné votre fille, et votre fils est blessé.

- Mais où sont-ils! Ils ne sont pas à la morgue!

Il m’a dit alors: Cherchez-là, madame. Elle doit être là-bas.

Je suis revenue à la morgue le 12 mai, avec la sécurité cette fois que ma fille y était; j’ai dû me disputer avec les agents de la Direction anti-terroriste. A côté de moi, il y avait une autre mère qui cherchait son mari; je lui ai dit:

-Regardez madame, nous sommes deux, pendant que vous allez distraire les policiers, moi je vais entrer.

-Elle m’a répondu: Entendu, madame Paulina.



Et on a fait ça. Quand ils se sont rendus compte que j’étais à l’intérieur, ils m’ont suivie. J’ai trouvé les congélateurs mortuaires. Ils avaient mis des tables en travers, mais moi j’avais gagné, j’étais à l’intérieur. Ils m’ont tiré par les jambes, mais j’avais déjà ouvert une des portes: ma fille est tombé sur ma poitrine, morte, gelée, décomposée. J’ai seulement, dit: “Ils t’ont tuée, ma fille!” (FERME) Je suis avec toi à nouveau maintenant, parce que tes idées sont justes, et je suis là pour te donner une sépulture, je suis là pour te libérer…

Je n’avais pas de cercueil pour emporter ma fille. Ils avaient donné cette condition pour que je puisse la retirer.

-Madame, où est le cercueil?  Vous l’amenez où?

-Donnez-moi un drap, docteur, je vais l’amener!

-Non, madame, vous devez venir avec un cercueil.

J’étais seule, je voulais pas la laisser là; je me suis dit que si je partais, je la reverrais plus. Le docteur Quiroz, qui était une bonne personne, m’a dit:

-Madame, ayez confiance en moi. Je vais rester ici avec votre fille. Prenez cette carte: qu’on vous donne le meilleur cercueil et la meilleure chappelle ardente. Vous me paierez quand vous pourrez.

-Docteur, j’ai confiance en vous.

-Oui madame, faite comme ça.

Je suis partie, j’ai ramené le cercueil, j’y ai mis ma fille, et en sortant, je rencontre quelqu’un de la famille à qui je dis:

-Emmene ma fille à la maison; je vais chercher mon fils dont je sais encore rien. Ils l’ont peut-être aussi tué.

-Mais comment vas-tu partir comme ça?

-Non, il faut que je le trouve.

J’ai alors envoyé ma fille à la maison et je suis partie à l’Hôpital de la Police Nationale.



IV

Ils laissent pas entrer de civil dans cet hôpital, mais pour une mère qui se bat  vraiment pour son fils mort ou vivant… rien n’est imposible. Je suis donc allée aux urgences, et je crois qu’à cause de mes larmes ou de ma mauvaise mine après plusieurs jours sans sommeil, le médecin a eu pitié de moi.

-Il m’a dit: Madame, c’est interdit.

-Docteur, je veux seulement savoir si mon fils est ici.

-Oui madame, il est ici, mais votre fils est dans un état très grave. Il a cinq balles sur le flanc gauche et une infection tétanique. Demain, il sera peut-être mort. 

Et là, avec toute ma force, je lui ai dit: “vous êtes sûr docteur?” “Oui madame, revenez plus tard ou venez demain”. Je pensais tellement à mon fils que j’en oubliais la morte qu’on veillait chez moi. Je suis restée à l’hôpital jusqu’au soir. Vers 23h, ils m’ont sortie de là en disant que je pouvais pas rester. Je suis rentrée à la maison, j’ai retrouvé ma famille et les amis du quartier qui m’ont comprise et m’ont beaucoup aidée. J’ai passé la nuit sur une chaise en veillant ma fille.

(ELLE REGARDE FIXEMENT LE CERCUEIL TOUT EN MURMURRANT UNE CHANSON. PAUSE)


A 5h du matin, je suis repartie à l’hôpital.

A mon arrivée, le médecin m’a dit:

-Madame, votre fils va très mal. Il risque de ne pas tenir jusqu’à midi.

Bon, je suis rentrée chez moi. La seule chose que je me disais c’était:

-Si j’ai perdu ma fille et si je vais perdre mon fils, je n’ai pas à me sentir déchirée, parce que je les perds alors qu’ils luttaient pour une cause juste.

J’ai respecté et je respecte leurs idées. Je me suis accrochée à ma force, à ma foi et à ma confiance. C’est les seules choses qu’on peut jamais perdre.

Une fois à la maison, j’ai enterré ma fille, et pendant un mois je me suis occupée de la survie de mon fils. A chaque fois que j’allais le voir on me disait que son état avait empiré. Jusqu’au jour où, passés 30 jours, j’arrive une après-midi à l’hôpital et le médecin me dit: “Madame, votre fils est bien en vie! Votre fils s’est assis et la première chose qu’il a demandé a été “Où est ma mère?” Le docteur lui a repondu: “ta mère a toujours été présente”. Ensuite mon fils a voulu savoir comment allait sa soeur, et ils lui ont dit qu’elle était décédée. Il paraît qu’il a dit: “Ma pauvre mère”. C’est ce que le médecin m’a dit. Et j’ai encore dû lutter quand il m’a dit: “Bien, votre fils est sauvé, il est en vie, quel courage, quelle force vous avez tous les deux. Maintenant on doit lutter, madame, je vais faire en sorte que votre fils ne soit pas envoyé à la prison de Puno, dans les Andes, mais plutôt à Castro Castro sur Lima. Il fait si froid à Puno que votre fils va mourir”.

J’ai alors commencé ce nouveau combat. L’hôpital de la police est devenu ma maison jour et nuit jusqu’à ce qu’on puisse tranférer mon fils. Et un jour, vers 14h, ils l’ont amené à Castro Castro. Ça faisait deux mois que je le voyais pas, je me suis accrochée si fort à lui, il était dans une chaise roulante avec une blouse de l’hôpital, sa jambe bandée, le visage jaunâtre. Je l’ai pris dans mes bras, je lui ai donné une couverture, quelques vêtements, et j’ai suivi l’ambulance jusqu’à la prison. J’ai vu quand ils l’ont transporté dans son pavillon.



Épilogue

…Maintenant je suis pleine de reconnaissance pour la force que j’ai eue et je suis fière d’avoir les enfants que j’ai. Bien sûr, ma fille est morte, mais je me dis que j’en ai gagné des milliers, parce que je la vois dans chacune d’entre vous. (AVEC UNE VOIX PAUSEE ET FERME) Mères, pères, frères, soeurs, épouses, fils et filles, c’est pour ça que je vous envoie ce message: n’ayons pas peur, relevons nos têtes où que nous allions, même si on nous accuse. Ce sont des activistes sociaux. Ils n’ont pas choisi une tâche facile: le délit le plus grave de nos enfants est de vouloir de toutes leurs forces un monde meilleur.

Merci beaucoup.

Fin





máscaras

Ahora que se ha vuelto imprescindible
ir por el mundo con el rostro cubierto,
pongo a disposición de Ud. mis máscaras todo terreno.
Quizá alguna combine con su nuevo perfil.
https://www.facebook.com/photo.php?fbid=2977060745720724&set=pcb.2977068719053260&type=3&theater

EL GATO ENCERRADO Ejercicio dramático de Alberto Mego


EL GATO ENCERRADO
Ejercicio dramático de Alberto Mego
(Fragmento)
Personajes: Empleada 1, Empleada 2, Empleada 3, Cliente 1, Cliente 2, Cliente 3

                                                  La gata en la calabaza. © Oscar Morera (Costa Rica) 

EN LA OFICINA DE UNA EMPRESA DE VUELOS AÉREOS, ABRE LA ESCENA EL SORDO Y REPETITIVO SONIDO DE UNA IMPRESORA QUE VOMITA UNA HOJA TRAS OTRA, ACUMULANDO UN CERRO DE PAPEL. EN FILA, INGRESAN LAS TRES EMPLEADAS. UNIFORMADAS Y MUY CIRCUNSPECTAS, SE INSTALAN EN UN LARGO PUPITRE DE FORMA CAPRICHOSA, DUEÑAS DE UNA RIGIDEZ QUE PARECIERA DISPUESTA A DEVORAR A LOS CLIENTES.
SUENA UN TIMBRE.
INGRESAN TRES CLIENTES QUE ESPERABAN SER ATENDIDOS. SE SIENTAN FRENTE A LAS EMPLEADAS. UNA MÚSICA AMBIENTAL, ALGUNAS VOCES Y SONIDOS LLEGAN DESDE SALAS CONTIGUAS. SUENA OTRA TIMBRADA.
LOS DIÁLOGOS DE LAS EMPLEADAS 1, 2 Y 3 CON LOS CLIENTES SON SIMULTÁNEOS, ESTO ES MUY IMPORTANTE, CUBRIÉNDOSE UNOS A OTROS. ES POSIBLE QUE NADIE ENTIENDA NADA, O SE CAPTEN DE MODO PARCIAL. NO IMPORTA, ESTE ES UN EJERCICIO DE RITMO, HAY QUE SENTIRLO MÁS QUE ENTENDERLO. EVENTUALMENTE, SE ESCUCHAN LOS MAULLIDOS DE UN GATO, EN ALGUNA PARTE ENCERRADO.

UNO
EMPLEADA 1                         
¿En qué puedo ayudarla? ¿Cómo se llama usted?
CLIENTE 1                         
Augusto Taboada, señorita…  
EMPLEADA 1                    
Señora, por favor…    
CLIENTE 1                         
Perdón, señora… estoy aquí porque anoche perdí el vuelo y…
EMPLEADA 1                   
¿Perdió el vuelo? Fatal.
CLIENTE 1                          
Por favor, la empresa tiene que ayudarme, ¡no puedo pagar otro pasaje!
EMPLEADA 1                   
Lo sentimos mucho, señor. En su contrato estaba bien establecido que debía estar en el aeropuerto dos horas antes. Dos. No una. ¡Sino dos!
CLIENTE 1                           
Si, señorita, pero…
EMPLEADA 1                    
Señora.
CLIENTE 1                          
Señora, en esta ciudad es imposible ser puntual. El tráfico  es un infierno. Salí dos horas antes  de mi casa.
EMPLEADA 1                   
¡Dos horas antes en el aeropuerto! ¡Con todos los controles del caso, visado del pasaporte y certificados de salud!  ¿Me dijo usted su nombre? Ah, sí, Augusto Taboada… (MIRA LA PANTALLA DE SU COMPUTADORA)… Usted no llegó al abordaje.
CLIENTE 1
¡Pero tiene que haber una facilidad para percances como este! ¡El tráfico es imposible!
EMPLEADA 1
En este caso, lo que tenemos para usted es una oferta.
CLIENTE 1
Qué, comprar otro pasaje,  esa es una penalidad.
EMPLEADA 1
Podemos hacerle un descuento. Un descuento considerable.
CLIENTE 1
¡Esto es un robo!... Yo no he viajado, nunca usé sus servicios.
EMPLEADA 1
Usted debe saber lo que es un acuerdo. Un contrato es un acuerdo.
CLIENTE 1
¡Yo compré un boleto de vuelo! ¡No firmé un contrato!
EMPLEADA 1
El gobierno ha firmado por usted… El gobierno lo representa. Porque usted cree en el Estado de derecho, ¿no? ¡Esta es una democracia!
CLIENTE 1
Yo creo que ustedes son unos ladrones. Exijo que me den alguna facilidad para rectificar mi tardanza… Ya, lo reconozco, pero por favor, ayúdenme a volver a mi pueblo…
EMPLEADA 1
Tiene usted que pagar la penalidad. Un nuevo pasaje con el 10 % de descuento. Nuestra empresa no quiere castigarlo, solo que comprenda la importancia de la puntualidad.
CLIENTE 1
¡Me está llamando impuntual! ¿Usted me conoce? ¿Usted sabe quién soy?
EMPLEADA 1
Señor, eso no me incumbe. ¡Yo cumplo con mi trabajo!
CLIENTE 1
¡Su trabajo! Usted también pertenece a esta mafia internacional de bandidos.
EMPLEADA 1
¿Bandidos, ha dicho?
CLIENTE 1
¡Bandidos, bandidos! Y ustedes se han convertido en la línea aérea dominante del mercado, tienen privilegios que nadie tiene, este gobierno les ha dado todas las facilidades. ¿Por qué? ¿Por qué?
EMPLEADA 1
(INDIGNADA) ¡Nosotros somos trabajadores, como usted, como cualquier otro! ¡Yo no pertenezco a ninguna mafia de bandidos!
CLIENTE 1
¡Bandidos! ¡Bandidos!
EMPLEADA 1
¡Me veo obligada a poner el gato, perdón, el caso en manos del supervisor! (TOMA SU CELULAR) ¡Aló! ¡Aló! ¡Alooó!

DOS
(Escena simultánea a la anterior)
EMPLEADA 2                 
Tome asiento. ¿Me dijo usted su nombre?
CLIENTE 2                      
Susana, Susana Jiménez, como la artista.