Obra de Alberto Mego, sobre los sucesos ocurridos en Huayanay,
comunidad campesina del Perú, en setiembre de 1974.
Personajes:
Dirigente/ Escobar/ Anciano/ Campesinos I, II, III, IV,
Campesinas I, II, III, IV/ Masa Comunera
CUADRO I
EN LA PLAZA DE LA COMUNIDAD. UN POZO, UNA CAMPANA. LOS COMUNEROS.
CAMPESINO I
La campana está sonando.
CAMPESINO II
Sí, a reunión está llamando. Que se presenten todos los comuneros dice.
CAMPESINO II
¿Para qué será pues?
CAMPESINO II
No sabemos. El Dirigente va a decir… ¡Allí está! ¡Que diga porqué ha sonado la campana!
ENTRA EL DIRIGENTE.
DIRIGENTE
¡Comuneros!... ¡Hemos encontrado muerto a Eustaquio Palomino!... ¡Hicieron reventar su cuerpo por detrás del Cerro Colorado!...
CAMPESINA I
¡Mi taita muerto!... ¡No es verdad! ¡No es verdad!
CAMPESINA II
¡Antuca, no es verdad! ¡Vámonos, mienten estos cholos!
SALEN.
DIRIGENTE
¡Nosotros sabemos quién lo mató! ¡Nosotros sabemos porqué lo mató!... ¡Ay Diosito, otra vez, hasta cuándo!
CAMPESINO II
¿Quién mató a Eustaquio? ¡No sabremos perdonar su muerte!
DIRIGENTE
Todos vamos a reventar pues. ¡Escobar ha sido!
MASA COMUNERA
¡Escobar!... ¡Otra vez, hasta cuándo!...
DIRIGENTE
Como si no hubiera preñado a las mujeres en los caminos oscuros, escondido en los matorrales, como si no hubiera robado las bestias; somos acostumbrados pues, a sus incendios, a sus burlas. ¿Acaso no es como nosotros, con huesos y con sangre?... Toditos nos hemos orinado y nos debe vergüenza Diosito. ¡El único hombre ha muerto! Eustaquio, sí. Eustaquio tenía los brazos llenos de cólera porque nació sembrando tierra de patrones, aguantándose. Esta tierra que ha vuelto a nuestras almas. Pero también al alma negra de Escobar, sirviente del patrón: ¡porqué le dieron un pedazo de la tierra que de nosotros es! No sabe agradecer. ¡Y roba, abusa, nos incendia este heredero del demonio, nuevo patrón de Huayanay!
MASA COMUNERA
¡Hasta cuándo este demonio, comuneros! ¡Hasta cuándo este patrón!
DIRIGENTE
A este no lo dejó Eustaquio y lo hizo meter preso, pero lo soltaron. Y después, ¿quién se levantó cuando ardió la casa de Dionisio, con sus cosechas y con todo? ¿Quién dijo a este hombre hay que castigarlo? Eustaquio protestó solo y Escobar fue encarcelado dejándole amenazas y lisuras… Pero ayer lo hemos visto aparecer y escondimos la cabeza, comuneros, y lo hemos mirado desde lejos, y ahora estoy haciéndoles saber que encontramos el cuerpo reventado de Eustaquio Palomino, ¡el de Huayanay que miraba de frente!
MASA COMUNERA
¡Justicia! ¡Justicia! ¡Denunciemos, comuneros, denunciemos!
CAMPESINO II
¡Comuneros, ya no podemos vivir en Huayanay! ¡O se va Escobar o Huayanay va a ser tierra de hombres con miedo! ¡Hay que terminar con el diablo que persigue a las mujeres, a los niños, a las bestias, a nosotros, a todos!
CAMPESINO III
¡Vamos a Acobamba! ¡Los policías de Acobamba harán justicia! ¡Escobar pagará la muerte de Eustaquio!
CAMPESINO IV
Sí, mejor es Acobamba. En Huancavelica, los jueces son amigos de los ricos, no nos quieren escuchar. ¡Vamos a Acobamba pues!
DIRIGENTE
¡Vamos a Acobamba pues! Allí nos escucharán. ¡Y si no nos quieren escuchar, nos iremos hasta Lima a protestar!
COROS DE APROBACIÓN. SALEN.
CUADRO II
ESCENA MIMADA. LA MASA COMUNERA SE DESPLAZA HASTA ACOBAMBA. EN MEDIO DE ALEGRIAS Y CANSANCIOS, LLEGAN HASTA EL PUESTO POLICIAL DONDE PRONTO SON RECHAZADOS, PERO ANTE SU INSISTENCIA SON ATENDIDOS, SIEMPRE QUE UNA MANO NADA DISCRETA RECIBA ALGUN DINERO. FASTIDIADOS POR EL PRECIO DE TAMAÑA JUSTICIA, PERO TAMBIEN CONTENTOS POR EL PAPEL QUE LE ENTREGAN LAS AUTORIDADES, REGRESAN AL TRABAJO EN SU COMUNIDAD.
CUADRO III
LOS COMUNEROS EN LA FAENA COMUNAL.
DIRIGENTE
¡Ahora sí no aguantamos, comuneros!... Cuando todos estábamos creyendo que el demonio de Escobar se había ido para siempre, que había sentido miedo por su crimen, estamos sabiendo que la comunera María Cotrina fue atacada por un hombre escondido en unas rocas… ¡Escobar ha vuelto, comuneros!
AGOBIO Y RESOLUCION DE LA MASA COMUNERA.
CAMPESINO II
¡Hay que agarrarlo pues!
CAMPESINO III
¡Los policías de Acobamba ya dijeron! ¿Dónde está el permiso?
DIRIGENTE
¡Sí! ¡Aquí está el papel! ¡Aquí están diciendo sus letras: “Autorizamos la captura del individuo llamado César Matías Escobar de la Cruz, domiciliado en Huayanay, para ser conducido a este despacho policial de donde sea encontrado, para esclarecimiento sobre la muerte del que en vida fue Eustaquio Palomino”. ¡Es del grado o a la fuerza!
MASA COMUNERA
¡A la fuerza! ¡A la fuerza!
EXCLAMACIONES, APLAUSOS.
CAMPESINO I
¿Esperamos hasta el día?
DIRIGENTE
Comuneros, ya está el acuerdo: buscaremos a Escobar para entregarlo a la justicia. Ahora el acuerdo es si esperamos hasta mañana o ahorita mismo.
VOZ UNANIME DE LA MASA, PERO ALGUNO DISCREPA.
CAMPESINO II
Ahorita es mejor.
CAMPESINO III
La noche va a entrar oscura.
APARECE UNA CAMPESINA.
CAMPESINA II
¡Se escapa el Escobar! ¡Los demonios lo están ayudando! ¡Ha corrido como el viento en un caballo! ¡Se escapa taitas!
VOCES. AGITACION DE LA MASA COMUNERA.
MASA COMUNERA
¡Se escapa! ¡Se escapa!
CAMPESINO II
¡Vamos, comuneros! ¡Se escapa el Escobar!
DIRIGENTE
¡Vamos! ¡Agarren piedras, palos! ¡Puede tener escopetas!... ¡Las mujeres busquen sogas mientras!... ¡Conmigo ustedes, vamos hasta el camino viejo! ¡Otros que suban hasta el Cerro Colorado!... ¡Vamos!
SALEN LOS HOMBRES. EN ESCENA, ALGUNAS MUJERES.
CAMPESINA II
¡Ahora sí lo van a apresar, mamacita!
CAMPESINA I
¡Claro pues! ¡Y se va a pudrir en la cárcel caracho!
CAMPESINA II
Mamacita, justicia vale plata. Tanta plata, tanta justicia. El Escobar paga y sale. Es compadre de los jueces.
CAMPESINA I
¡Maldito! ¡Por su maldad murió mi taita! ¡Yo lo mato pues!
CAMPESINA II
Si matas, tú te pudres en la cárcel. Tú no eres compadre de los jueces… Allí vienen.
MUY EXALTADA Y TRAYENDO A ESCOBAR AMARRADO, VUELVE LA MASA COMUNERA.
ESCOBAR
¡Suéltenme, cholos conchesumadre!... ¡Ya se jodieron carajo! ¡Voy a matarlos a todos!
CAMPESINO IV
¡Cállate Escobar! ¡A la cárcel vas a ir pues! ¡Por lo que hiciste vas a ir!
ESCOBAR
¿Qué es lo que hice, indio de mierda?... ¡Ahora hablan como dueños, pero yo les voy a enseñar a respetarme! ¡Qué saben ustedes de la tierra! ¡Yo soy el que la maneja!... ¡Métanme preso nomás! ¡Ya después nos veremos la cara!
INDIGNACION DEL PUEBLO.
ESCOBAR
¡Conmigo no van a poder! ¡Aunque me encarcelen! ¡Estaré cinco, diez, veinte años si quieren, pero volveré para matarlos!
LA MASA COMUNERA SE EXASPERA.
MASA COMUNERA
¡Justicia! ¡Justicia!
CAMPESINO III
¡Comuneros, tranquilos, comuneros! ¡Lo vamos a llevar a la justicia!
CAMPESINO II
¡Justicia!... ¡Comuneros! Con sus ojos están viendo cómo ríe el Escobar…
DIRIGENTE
¡Comuneros! ¡A Acobamba lo vamos a llevar!
CAMPESINO II
¡No comuneros!... ¡Este hombre tumbó a las mujeres! ¡Este depredó los campos! ¡Este ha abusado de nosotros! ¡En delante de nosotros está! ¡Este es el hombre!
CLAMOR POPULAR, VOCES APACIGUADORAS.
DIRIGENTE
¡La justicia se va a encargar, comuneros! ¡La justicia se va a encargar!
CAMPESINO II
¡La justicia no es para comuneros! ¡La justicia es de los patrones! ¡No hay justicia de los pobres! ¡Hagamos justicia nosotros!
MASA COMUNERA
¡Sí! ¡Justicia! ¡Justicia! ¡Escobar volverá para matarnos! ¡No hay justicia! ¡No hay justicia!
ANCIANO
¡Silencio, comuneros!... ¡Silencio carajo!... ¡Voy a hablar!... ¡Los comuneros están diciendo verdades! ¡La justicia de Acobamba, la justicia de Huancavelica es para los ricos! ¡Lo soltarán, volverá para matarnos! ¡Así hizo con Eustaquio!... ¡Hagamos nuestra justicia porque la justicia de Huancavelica está contra nosotros! ¡Ya no creemos pues!
LOS CAMPESINOS APRUEBAN RESUELTOS.
CAMPESINO IV
¡Sí! ¡Hemos sufrido por su culpa!
MASA COMUNERA
¡Sí! ¡Sí! ¡Hemos sufrido, hemos sufrido!
ANCIANO
¡Entonces vamos a ajusticiarlo!... ¡Si hoy no muere, nunca seremos hombres!... ¡Ushananjampi!
MASA COMUNERA
¡Ushananjampi!
LA MASA COMUNERA SE ENFERVORIZA. RODEA A ESCOBAR EN UNA LENTISIMA DANZA, CON LOS ROSTROS ENCENDIDOS POR LA IRA, LO LINCHAN SIN PIEDAD. PAUSA.
CUADRO IV
LOS COMUNEROS ALREDEDOR DEL CADAVER.
CAMPESINO II
¡El aire nos entra más fácil, comuneros! ¡El Escobar está muerto para siempre!
CAMPESINO IV
Todos hemos sido, Huayanay ha sido. No quiso perdonar.
DIRIGENTE
Lo escribiremos en un acta, todos vamos a firmar. Para que lo sepan en Lima, en Huancavelica, en todas partes, para que aprendan…
CAMPESINO I
Justino y Lucio viajarán. A Lima van a ir… A Pedro escogemos para que escriba el acta. Esto es lo que decimos… Escribe Pedro…
DIRIGENTE
… “En el ex predio Huayanay del distrito de Anta, de la provincia de Acobamba, del departamento de Huancavelica, a los cinco días de setiembre de 1974, hemos reunido a toda la masa comunera para tratar los asuntos del asesino del que en vida fue señor Eustaquio Palomino de esta ciudad. El asesino es César Matías Escobar de la Cruz que la masa comuna paró a pedradas en el punto nombrado Aucar-Pallca-Huaycón, cuando fugaba a Huancavelica montado en un caballo. Después declaró que es asesino directo de la muerte del señor Eustaquio Palomino Gavilán, y más quería bajar el cuello del señor dirigente de esta comunidad, de la cual quería hacerse propietario despacito. Todo esto la comunidad no permitieron que se siga diciendo y amenazando. Y al escuchar estas palabras la masa comuna no aguantaron dar más la vida y lo dejaron ajusticiado a horas seis y quince de la tarde, y en su quipe encontraron unos objetos: 1.- Un cuchillo filudo casi de más o menos veinte centímetros. 2.- Doce pares y medio maíz blancas. En ella estaban dos rojas. 3.- En un trapo blanco encontramos en su adentro tres dientes humanos y un plomo pequeño, y el caballo que montaba está detenido hasta poner en conocimiento de la policía de Huancavelica. El señor Donato Chamorro ha dado plata para el viaje a Lima. Irán al viaje dos comuneros, Justino Gala y Lucio Ademar. Se levantó la asamblea siendo siete y treinta de la noche. Firmamos al pie los concurrentes”… Comuneros, acérquense a firmar…
LOS COMUNEROS SE DESPLAZAN DEJANDO AL DESCUBIERTO EL CADAVER DE ESCOBAR, SOBRE EL QUE ALGUNOS HAN DEJADO UN CARTEL QUE REZA: “EL HAMPON CESAR MATIAS ESCOBAR, AJUSTICIADO POR LA COMUNA COMO PROFUGO DE LA JUSTICIA. AMA SUA, AMA LLULLA, AMA KELLA. HUAYANAY, 5 DE SETIEMBRE DE 1974”.
CUADRO V
EN LA PLAZA, CAMPESINAS RECOGIENDO AGUA DEL POZO.
CAMPESINA II
¡Estás floja, Antuca! ¡Ya no quieres trabajar! ¿Porqué pues?
CAMPESINA I
Embarazada creo que estoy, mamacita.
CAMPESINA II
¿Embarazada?... ¡Del Justino!... O, ¿del Escobar?
CAMPESINA I
… ¡No pues!... Se me hincha la barriga, me mareo. Y no sabemos nada del Justino, con la autoridad mucho demoran.
SALE CON SU RECIPIENTE. PAUSA. REGRESA.
CAMPESINA II
Lima es más lejos. Yo no conozco pero demora. Los que fueron a Huancavelica ya estarán en el regreso. Es más cerca. Desde el Cerro Colorado, desde su arriba, se ve la iglesia.
CAMPESINA I
¡Cuando vuelva el Justino que me enseñe! ¿Es bonita?
CAMPESINA II
Sí… Es bonita.
SALE. PAUSA. REGRESA.
CAMPESINA II
¿Y cómo lo vas a nombrar?
CAMPESINA I
¿Cómo voy a saberlo? Si todavía no ha crecido, no ha nacido. Hay tantos nombres: mi padre se llamaba Eustaquio.
CAMPESINA II
Que se llame Justino.
CAMPESINA I
Que se llame Eustaquio.
CAMPESINA II
Justino Eustaquio.
CAMPESINA I
Eustaquio Justino.
CUADRO VI
SUENA VIOLENTAMENTE LA CAMPANA. APARECEN LOS COMUNEROS, DETRÁS DE UN MENSAJERO. CAMPESINO I
¡Preséntense, comuneros! ¡Comuneros! ¡Comuneros!
CAMPESINA I
¿Qué apuro traes, Pedro? ¿Algún mensaje grande estás guardando?
CAMPESINO I
…!Comuneros! La justicia de Lima y de Huancavelica no quiere reconocer nuestra justicia. Han recibido el cadáver de Escobar pues, pero apresaron a los comuneros que fueron para llevarlo. En Lima también están encerrados los otros comuneros. ¡Nadie comprendió!
ANGUSTIA Y PROTESTA DE LOS CAMPESINOS.
CAMPESINO I
De Lima ha llegado al correo de Huancavelica una orden de detención contra todos los comuneros de Huayanay. Todos son culpables dicen. Así me lo ha hecho saber un paisano. ¡Juicio nos van a hacer!...
MASA COMUNERA
¡Juicio…!
CAMPESINO III
¡Vendrán los policías! ¡Nos escaparemos pues!
CAMPESINA I
¿Porqué ha de ser? ¡Huayanay ha juzgado con razón!
CAMPESINO III
¡No entenderán! ¡Mejor es escaparnos! ¡Vamos a los cerros! ¡A las minas! ¡A Huancayo!
CAMPESINO I
¡Sí! ¡Vamos lejos! ¡Sin arrepentirnos porque aquí es Huayanay!... ¡Los ancianos y los niños trabajarán la tierra como nosotros!
DIRIGENTE
¡Hasta que entiendan los jueces! ¡Hasta que se abra su alma! ¡O hasta que mueran!
¿Fin?
*NOTA DEL AUTOR A PROPÓSITO DE LA OBRA
Esta obra tiene como título la costumbre ancestral de muchos pueblos de los andes peruanos de acudir a una última instancia cuando no hay otra alternativa. En quechua, literalmente ushanan –jampi quiere decir “el último remedio”, y se ajusta muy bien a un conjunto de sucesos que los peruanos vivimos en los años 70, entre ellos el llamado “Caso Huayanay”: hartos de los abusos de un antiguo capataz, después de acudir inútilmente a las autoridades una y otra vez, viendo que sus hijas eran violadas, robados sus animales y asesinados sus mejores hijos, los comuneros de este pueblo decidieron aplicar una drástica medida, la muerte del abigeo, violador y asesino.
El hecho tuvo mucha resonancia porque situó la realidad del Perú entre dos fuegos: la ley del Estado o el sentido común de los campesinos de Huayanay. Entonces, yo había sido alumno libre en la Escuela Nacional de Arte Dramático, y a pesar de la oposición de su director, el ingeniero Arturo Nolte, volví a ella para participar en un taller que dictara el maestro uruguayo Omar Grasso en el verano de 1975. En el marco de la clausura de este taller se estrenó el “¡Ushanan jampi!” que propuse, con la actuación de los estudiantes quienes pronto lo divulgaron por su cuenta en plazas y auditorios de todo tipo, tanto en Lima como en provincias, pues en aquellos días teníamos en el Perú un vasto movimiento de teatro popular.
De modo que a través del teatro popular el público de Lima conoció la disyuntiva de los comuneros de Huayanay. Pero los hechos de la realidad nunca corresponden al cien por ciento a la recreación artística. Existe una deliberada labor dramatúrgica en específicos niveles de tratamiento del texto: en la selección de los acontecimientos, en el orden en que son presentados y en la elaboración de sucesos que, como eslabones, concatenan las acciones en función a la representación total del hecho. Creatividad y realismo no se contraponen, especialmente cuando el autor tiene una posición definida frente a la realidad social.
Poco después recibí una carta de Manuel Galich, entonces director de Casa de las Américas en Cuba, donde me informaba que recomendaría la obra al Instituto de Radiodifusión de Cuba para realizar una versión radial. También en aquellos días Reynaldo D’Amore, conocido director argentino que ha desenvuelto durante mucho tiempo su labor teatral en nuestro medio, realizó una selección de obras peruanas donde incluyó ésta para ser presentada tanto en Perú como en Venezuela. En la Plaza San Martín de Lima, un actor la escenificó sucesivas veces como monólogo. La obra fue pues ampliamente divulgada. Recibí noticias de su escenificación en Chile, como del interés de académicos en USA. Y perdí la pista de las representaciones que se hicieron después, con mi consentimiento o sin él, pero recuerdo con gran satisfacción algunas, como la que realizamos en el puerto de Ilo, con Gina López, madre de mis hijos, con más de 100 actores en el escenario. En 1984, junto a otras obras de mi autoría, fue publicada en el Tomo Noveno de la colección Teatro Peruano que dirigía la Sra. Sara Jofreé.
Ese mismo año, fui invitado a dirigir el Teatro de la Universidad Nacional de Ingeniería (TUNI) con cuyos integrantes iniciamos un plan de difusión teatral con esta obra en zonas populares de Lima y provincias. Por la naturaleza del tema, y también por la expresa solicitud del público que nos invitaba, a lo largo de los casi 10 años que permanecí al frente de este grupo, esta obra tuvo una divulgación no menor de 1,000 representaciones. Aunque quizá fueron muchas más, junto a muchas otras obras, porque en el contexto del conflicto interno que vivíamos aquellos años los pobladores del Cono Norte, vecinos de la UNI, demandaban mucho teatro, mucha actividad cultural.
En estos días, los sucesos de Moquegua, el año pasado, y los recientes de Bagua en la selva, vuelven a poner en relieve la incapacidad del Estado, sus leyes y decisiones tomadas desde Lima, para comprender y resolver los problemas que presentan los pueblos del Perú, en tanto nación en formación, como parte de sus reclamos de justicia, paz, democracia y desarrollo. Y en la impronta de estos reclamos, “!Ushanan jampi!” sigue cumpliendo su papel, especialmente para aquellos que consideran que el teatro tiene un rol concientizador, pero ni antes ni ahora es correcto omitir a su autor, y menos atribuirse el trabajo ajeno. Eso tiene un nombre infame.
Alberto Mego
Junio, 2009
Grande Alberto, que genial que hayas subido tus obras a internet, eres un ejemplo de artista, uno que se las juega de verdad. Justo me encontré un libro en la biblioteca de Harvard sobre dramaturgos latinos de los 70 80 y tu salías en la antología, un libro en inglés, y esto para que sepas que no hiciste tu literatura en vano, tal vez en el Perú se te debe un mayor reconocimiento actual, esperemos mejores tiempos y el teatro debe continuar. Un ex-alumno tuyo.
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