CARTA A UNA JOVEN ESTUDIANTE DE TEATRO IV Stanislavsky




No tengo ninguna duda que la aplicación que le das a tus novedosas clases de teatro te conducirá a 
asimilar de manera metódica el encanto, la magia del 
teatro, y del arte, y todas sus posibilidades.
Por supuesto que Stanislavsky es un maestro del teatro 
y hay que aplicar con dedicación sus recomendaciones 
sobre la actuación, apuntando a que la representación 
adquiera coherencia interna, para mejor reproducir la 
realidad, y el método de este maestro consiste 
básicamente en la reproducción natural de lo verdadero, y 
aquí viene un detalle importante: lo verdadero no siempre es 
natural.
Lo verdadero es también un proceso que resulta de la 
contradicción, es decir, cada parte en el conflicto 
puede enarbolar su verdad, si está convencida de ella.
Brecht planteaba la contradicción como ley, también en 
la actuación, 
y la verdad no es privilegio ni de un personaje ni 
de otro, sino el resultado de la lucha de las partes.
En este sentido, siendo importante enriquecer las 
motivaciones interiores de los personajes, es 
fundamental mostrarlos como engranajes de procesos 
exteriores, Porque todos no hacemos sino 
representar la herencia social, el interés social, la 
máscara social, la que nos asigna la posición donde nos 
desenvolvemos, de modo que una es la conducta del 
propietario de un medio de producción y otra será la 
de un trabajador, por ejemplo, una la actitud de la joven 
vendedora de una tienda y otra la de la dueña de la 
tienda frente a un cliente.
Por otra parte, y muy importante, debemos considerar la respuesta del público, 
El público es la sabia de la que se nutre la actuación 
y la "cuarta pared", esa barrera imaginaria, debe 
romperse asumiéndose frontalmente que se actúa para 
el público.
El espacio stanilavskiano es el teatro de cámara, donde 
después de apagarse la luz, comienza el "encanto 
teatral", la fantasía, y ello no concurre a ver 
teatro con lucidez, sino con encantamiento, hay que 
enseñarle al espectador que tampoco en el teatro hay 
lugar para la mentira porque los actores tienen 
también una misión didáctica: revelar el mundo 
artificial que en este tiempo se propaga en casi todos los medios de comunicación, interesados en ocultar lo verdadero a las mayorías.
¡Exitos!

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