MANIFIESTO

No recuerdo en qué mes de fines del año 80, a nombre de un conjunto de estudiantes renegados de escuelas dramáticas, tahúres y malandrines, jóvenes y amantes del teatro todos, fui invitado a un conversatorio que organizaba el antiguo grupo "Histrión", entonces ya venido a menos. Estuve al lado de conocidos directores y dramaturgos que, no obstante, ponían en discusión la trascendencia del teatro callejero cuando justamente para nosotros por el clima social y político de esos años, cuando ya toda la izquierda burguesa estaba instalada en el congreso, era el único teatro posible, terminamos el evento con un manifiesto -que en buena parte escribí yo, es verdad, recogiendo las opiniones- y con la convicción de la necesidad de ir hacia ese público de los barrios y barriadas, las plazas de la ciudad y las provincias. Poco después se publicó en el Diario de Marka, por esos días de gran divulgación y donde más tarde fuera constante colaborador. Estas son las líneas que seleccionó el periodista:



“NUESTRA SUPERVIVENCIA COMO HOMBRES DE TEATRO ESTA SOLAMENTE EN NUESTRAS MANOS Y NO EN LA ESPERA DE POLÍTICAS ESTATALES”… Los jóvenes de este tiempo declaramos”: así comienza el manifiesto que nos envía Alberto Mego Márquez, escritor y director de teatro. Sus “jóvenes de este tiempo” se reducen por el momento a Mego, por lo que consideramos su firma de valor colectivo, y pasamos a publicar algunas declaraciones del documento, que tienen interés como expresión de la situación de nuestros hombres de teatro: “BUSCAMOS SER INTERPRETES DE LAS ANGUSTIAS, ESPERANZAS, ALEGRIAS, JUEGOS, reclamos… de la gente que camina rutinariamente por las calles y plazas al encuentro de un acto que conmocione su vida: el teatro, forma vital de la expresión humana. Renunciamos a la “ESTETICA DEL TRIPLAY” del teatro de escenarios, a todos los recursos que circunscriban al actor a desenvolverse exclusivamente en espacios cerrados acondicionados de complejas escenografías… que limitan la movilidad de los grupos teatrales. BUSCAMOS UN NUEVO LENGUAJE, UNA BELLEZA MAS CLARA. Y, por consiguiente, nuevos recursos, o los mismos adaptados a la condición dinámica de los grupos, que nunca deben tener obstáculos técnicos para ofrecer las obras en cualquier lugar: las calles, las plazas, los patios… puesto que las obras deben estar pensadas en un público no habituado a ver teatro. BUSCAMOS EN LA REALIDAD CONCRETA DEL PERÚ, en todos los actos cotidianos de los peruanos, una fuente de creatividad que respete sus aspiraciones más elevadas y el eco que reivindique el teatro como arte popular. BUSCAMOS… LA UNIDAD DE…ACTORES, REALIZADORES, autores, técnicos, para hacer posible ser creadores de nuestros propios espectáculos. BUSCAMOS UN NUEVO RITMO ACTORAL que desacralice la monótona solemnidad con que se esterilizan los espectáculos de las salas teatrales en marcado contraste con la violencia, la electricidad y el brillo con que discurren los acontecimientos de la calle... RENUNCIAMOS COMO A SU TICKETS, sus camerinos y sus “sortijas de mascaritas” a los prejuicios con que la generación que nos precede ha definido a los grupos callejeros, hace tiempo atento al comportamiento de los hombres marginales del interés cultural oficial.




                     Publicado el 24/01/1981 en el Diario de Marka, Lima - Perú



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