ARTICULOS PUBLICADOS EN FACEBOOK

(Sobre censo 2017)
Hace años, tratando de encontrar puentes entre la guerra que había incendiado el Perú desde los años 80 y el vestigio histórico y artístico que hechos similares dejaron en la cultura mundial, en el propósito de encontrar razones (y emociones) para una verdadera amnistía que permita vislumbrar el futuro, me propuse estudiar “Antígona”, la obra de Sófocles que trata de la post guerra en Tebas. Por supuesto, con el fin de representarla.
En todas las versiones de la obra, me encontré con un lenguaje sumamente sofisticado y poético. Además, eran textos extensos, que si se expresaban con propiedad, los actores debían encarnarlos para el público en no menos de dos o tres horas. Uf. ¿Para qué espectadores se representó originalmente esta obra? me pregunté. Ciertamente, para el pueblo griego de todas las clases que en los enormes anfiteatros al aire libre era el que seguía con atención tan bello drama que convertía en poesía el dolor de las guerras fracasadas.
Tuve que hacer mi propia adaptación, no me quedaba otra, simplificando la obra. ¿Cuánto traicioné o fui leal al texto original? es algo que pueden contestar los actores y actrices que me acompañaron en esta aventura y aquellos que asistieron a las funciones o leyeron mi texto. Pero lo que a mí me quedó absolutamente claro fue que el nivel de compresión y sensibilidad del público griego de entonces era altamente superior.
Traigo a colación este hecho a propósito de los orificios sociales que ha puesto en evidencia el último censo realizado en el Perú. Una intensión de todo punto aplaudible como es buscar la estadística que nos permita conocernos mejor, puso en manifiesto la gama de contradicciones propias de nuestro país y sus autoridades. Desde la amenaza de vivir durante un buen tramo del día en un involuntario arresto domiciliario hasta la abominable violación de una encuestadora, entre otros graves sucesos que revelan el atraso y la inconsciencia por la que discurre la vida nacional.
Quizá sin quererlo este censo ha cumplido con devolvernos nuestro propio rostro como ciudadanos que transcurren en medio de una gran inseguridad, como hombres y mujeres caminando en un pantano llamado Perú, buscando sin ninguna esperanza un arrecife que nos permita ponernos de pie, respirar y amar adecuadamente a los nuestros. Como en Antígona, el dolor se impone entre los vencedores y los vencidos, porque 25 años después de la guerra que enfrentó a los peruanos, seguimos siendo muertos que caminan hacia su sepultura. ¿A quiénes conviene este estéril trajinar?
23 de octubre 2017


Tres Actos
Reseña: PARIENTES LEJANOS de JOHUSELINE PORCEL
dirigida por VANESSA VIZCARRA
Acongojados, vuelven a la provincia andina en el corazón del Perú, los hijos y nietos de la mujer que acaba de morir y cuyo cadáver no quiere cerrar los ojos. Durante el velorio, en el encuentro de los que desarrollan sus vidas en la ciudad y aquellos que se quedaron en el pueblo, la familia está unida en torno a la difunta madre y afloran cariñosas remembranzas acompañadas de fe y superstición. Pero apenas acabado el entierro hay un tema que cuanto antes todos quieren resolver, a excepción del hijo mayor del que hace mucho tiempo no se sabe nada: la cuestión de la herencia. Con el ánimo crispado, todos quieren tener la mejor parte, se reprochan conductas del pasado y mutuamente se acusan de no merecer el reparto de la tierra. Una noticia de último momento los sobrecoge: entre los muertos hallados en una recién descubierta fosa común, identificado por su libreta electoral, se encuentra el hermano desaparecido.
Es la obra teatral “Parientes lejanos” de la joven autora Johuseline Porcel, ganadora del concurso nacional Nueva Dramaturgia Peruana que por tercera vez convoca el Ministerio de Cultura, en su propósito de promover la creación, producción de nuevas obras teatrales y llegar a nuevos públicos. Justamente en estos días, hasta el jueves 8 de diciembre, se puede acceder de manera libre a sus presentaciones en el auditorio del Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social, que en la actualidad dirige el científico social Guillermo Nugent.
La puesta en escena estuvo a cargo de Vanessa Vizcarra, también joven directora pero ya con una amplia experiencia en el teatro. Respecto a la obra, parafraseando a un personaje, ella afirma que “todos somos parientes lejanos de alguien, todos estamos conectados, estamos en el mismo barco, y por lo tanto tenemos un nivel de responsabilidad el uno con el otro; dentro de una familia, y lo mismo dentro de un país”.
En la actuación destaca el elenco profesional compuesto por Verony Centeno, Juanjo Espinoza, Sylvia Majo, Yolanda Rojas y el persistente desempeño de Mario Velásquez y Carlos Victoria, quienes permiten al público mirarse, como en el fragmento de un retrato, como la parte del rompecabezas que los peruanos requerimos armar.
Alberto Mego



En mi casa de infancia en Chacra Colorada no había luz eléctrica, pero casi todas las noches nos alumbraba la poderosa voz contestataria de Fidel Castro. A través de un viejo radio transistor, con la ayuda de un largo cable de cobre que se deslizaba hasta el techo, mi padre buscaba la señal en onda corta de Radio Habana Cuba que emitía 
desde “el primer territorio libre de América Latina”, 
como decía el locutor.
Esa voz, ese movimiento, ese aliento colectivo agitó enormemente 
las conciencias en todo el orbe.
Gran rebelde, apasionado orador, poeta de la palabra y la acción, sembró reflexiones de dignidad en muchos de los que vivimos momentos de plenitud y decisión en la segunda mitad del siglo pasado. “Porque esta gran humanidad ha dicho basta y ha echado a andar, y su marcha de gigantes ya no se detendrá hasta conquistar la verdadera independencia” 

dijo en alguno de sus discursos
 más encarnados.
Hoy todos los pueblos del mundo se ponen de pie para elevar en el firmamento la memoria de uno de sus mejores hijos: Fidel Castro.


NOTA PUBLICADA EN FACEBOOK EL 26 DE NOVIEMBRE 2016




EMPODERAMIENTO DE LAS MUJERES



Cada cierto tiempo estallan en el cielo de Lima los asomos de la modernidad soñada y los aleteos de una feudalidad que se resiste a hundirse en el pasado. La iglesia salta como un resorte cuando ve amenazado su caudal feligrés. Ahora abiertamente en contra de los derechos de las mujeres, las califica de "respondonas" si no bajan la cabeza y le besan el anillo. No parece entender que es la lucha de más de la mitad de la población peruana que ya no quiere el mismo patrón vivencial. Y el cardenal a la cabeza de lo más puro de la reacción local, bordea sin escrúpulos la necedad.
Como sabemos, el derecho al aborto fue legislado en países del hemisferio norte a mediados del siglo pasado. Pero aquí todo está organizado para mirar las cosas desde el atraso, así las relaciones interpersonales como la alta decisión de acabar con la corrupción, por ejemplo. El mundo legal y el mundo informal, la ambigüedad con que se manejan generalmente los intercambios, las negociaciones, la vida en el Perú. Como muchas otras instituciones estatales y particulares, fue conmovedor ver al canal de cable de “El Comercio” solidarizarse con las mujeres del 13 de agosto, en insistentes avisos simultáneos a la propaganda de un programa de autos que anunciaba a sus “diablitas”, utilizando el cuerpo de mujeres como señuelo en la presentación.
De hecho ésta es solo la punta de un iceberg. Porque la sociedad capitalista ha instrumentalizado a la mujer a su antojo, y a través de las “creencias” ha acudido a las más atávicas de las represiones a lo largo de la historia. La religión es solo uno de sus recursos. La deuda pendiente con las mujeres, como cultura, como sociedad, en todo el orbe, apenas empieza a pagarse, es decir a visibilizarse, en primer término. La extraordinaria marcha que últimamente protagonizaron las mujeres de Lima y capitales del interior fue un acontecimiento sociológico trascendental en la lucha por los derechos ciudadanos en que un importante sector de la población está empeñado. Y el capítulo de la píldora del día siguiente no ataca solo a la discriminación social, -cualquiera podía adquirirla en forma privada, pero no se encontraba en los hospitales públicos-, sino que impacta en el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo.
Es el empoderamiento de las mujeres. Por estos lares, recién empieza. Así que machitos de todos los apachurros edípicos, no nos hagamos las víctimas.
3 de setiembre, 2016


VIDEOMEMORIAS


Con el fin de abrir el diálogo y profundizar el análisis sobre los vínculos entre el video, la corrupción y la memoria de la violencia en el Perú durante las décadas finales del siglo XX, el Lugar de la Memoria (LUM), por encargo del Ministerio de Cultura, el último martes 6 convocó al Coloquio “VIDEOMEMORIAS: NUEVAS TECNOLOGÍAS, VIOLENCIA Y CORRUPCIÓN” con la conducción del conocido animador cultural Gustavo Buntinx, las reflexiones de un conjunto de curadores, artistas e intelectuales, y la asistencia de un nutrido público, constituido principalmente de jóvenes que quizá no vivieron directamente esta etapa crucial de la historia reciente del país.
El vigilante en la puerta nos pregunta si tenemos en la mochila una cámara fotográfica, ¿no sabe que casi todos los celulares tienen dispositivos fotográficos, de grabación y de filmación? Ciertamente desde hace un tiempo llevamos las nuevas tecnologías en el bolsillo y podemos con ellas recolectar testimonios sonoros y visuales de la realidad y en un dos por tres lanzarlos a su divulgación mundial. En cierto modo, de súbito hemos pasado de una cultura del papel a una cultura de la imagen, y ésta se ha convertido en factor dominante de la vida cotidiana, y también en el registro de sucesos significativos en la sociedad: muchos recuerdan el video “Zorba el griego” donde vimos por primera vez la danza de Abimael Guzmán y su estado mayor, celebrando el principio del fin de su gesta política y militar. E igualmente más tarde el video Kouri-Montesinos que desencadenó la caída del régimen de Fujimori. Ambos actualmente detenidos, dejaron sin embargo una secuela de repercusiones, aún sin resolver, que nos sujetan a pesar de los años transcurridos, al resentimiento, al rechazo, al pasado, al pesimismo.
Mientras tanto la violencia y la corrupción continúan. Entonces, ¿son acaso chivos expiatorios estos personajes, ahora ancianos y con pocos años por delante, a los que se quiere atribuir el origen de todos los males en el Perú? ¿Ignoramos que nuestro país figura entre los más violentos del mundo en cuanto a violaciones y agresiones a la mujer? ¿Y que la producción de cocaína, instalada principalmente en el VRAEM, es el eje de la corrupción de muchas autoridades? Pero la producción de videos en relación a estos temas pareciera que pone el énfasis en el fujimorismo. Prácticamente se omite el período que le da lugar en la historia, que lo explica sin justificarlo, es decir, el llamado período del “terrorismo”, comprendido de los años 80 al 92. Es un tema tabú, el innombrable. Pareciera entonces que existe un deliberado propósito de no poner todas las cartas sobre la mesa y debatir a profundidad los hechos.
Las nuevas tecnologías no siempre son formas de la dispersión, y el video arte, si así lo deciden los artistas, puede ser soporte de una toma de posición en el tiempo y en el espacio, cuanto mejor si indaga sin restricciones en la memoria de los acontecimientos, como afirmara Alfredo Márquez, artista plástico. Porque cuando los sucesos son discriminados por el Estado, la memoria tiende a ser selectiva, y en consecuencia parcial y provisional. Justamente, Gustavo Buntinx, conductor del evento, celebró que el LUM haya “colgado” para conocimiento público los llamados vladivideos, pero demandó soportes más seguros, no expuestos a los cambios gubernamentales.
El emoliente ofrecido nunca llegó, o no alcanzó para todos, pero a pesar del frío y la extensa jornada fue muy satisfactorio escuchar las opiniones de Ricardo Bedoya, Fernando Vivas, Nelson Manrique y Guillermo Nugent, para quienes en general los gobiernos pasan pero la violencia y la corrupción quedan. Movidos por sus reflexiones, dada la inmensa e inobjetable riqueza material del Perú, salimos del LUM preguntándonos porqué un arte de birlibirloque no nos devuelve el país que los peruanos merecemos.
8 de setiembre, 2016






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