IDENTIKIT


Servida, profesora S. de Huancayo. Respetando cabalmente el original, he debido tipear la obra porque, escrita en 1975 (uf!), no había entonces "archivos adjuntos". El tema de la justicia era y es apasionante. En esos años quise representarla, pero otros proyectos se impusieron, y no supe nunca si algún grupo lo hizo. Más tarde, fue publicada en el Noveno Tomo de Teatro Peruano, con otros trabajos que denominé "ejercicios", en el libro "La obra debe continuar" (1984). Y ahora aquí, en esta moderna oportunidad de "publicar", a disposición de los lectores. 





IDENTIKIT

Personajes:  Jefe de Policía, Periodista, Propietario I, Abogado, Propietario II, Policía I, Policía II, Policía III, Policía IV, Obrero I, Obrero II, Obrero III, Obrero IV, Obrero V, Obrero VI, Antonio María, Juez, Fiscal, Testigo I, Testigo II, Testigo III, Guardían.


1
EN EL DESPACHO POLICIAL. EL JEFE.
JEFE
¡Revolucionarios! ¡No me vengan con cojudeces! Ya estoy grande para eso… Y se atolondra hasta el Ministro. Bueno, ese es un cobarde. ¡Venir a ordenarnos el control de la subversión! ¡Qué subversión! ¡Que la controlen los boys-scouts!... Esos comunistas criollos saben mucho, aprovechan el alboroto y nos usan como caballitos de batalla, buscan publicidad para aparecer ante el público como una fuerza enorme. De nada sirve encarcelarlos. Mejor para ellos. Son las víctimas. Se necesita mano dura… Está bien. Yo voy a dársela. Y ojalá entienda el Ministro que esos forajidos la necesitan. Si no se les puede soportar, hay que ajustarlos bien… Ya van a vérselas conmigo. Respetarán el orden constitucional, así tenga que torcerles el cuello. Eso es lo que quieren: ver sangre.

2
EN LA RADIO, EL PERIODISTA.
PERIODISTA
(LEYENDO) “Hoy llegan a su fin las negociaciones que la Cancillería concertó con capitales norteamericanos interesados en nuestro mineral estratégico. Los beneficios de esta operación se destinarán a impulsar la industria nacional. De no haber inconvenientes, en los próximos días se iniciará el primer embarque y habremos concretado un viejo sueño, el primer paso de una gran esperanza: ¡la industrialización!... Y ahora: ¡Flash! ¡Flash del Panamericano!... Asaltaron la conocida fábrica de herramientas “El Cobre”… En circunstancias todavía no esclarecidas, un extraño enmascarado irrumpió en la oficina de pagos, con un revolver amenazó de muerte al empleado y ante el temor de numerosos testigos, se llevó la suma de diez millones de soles. En esta misma fábrica, hace una semana el personal obrero inició una huelga por reclamos salariales. Otra vez en la noticia, el propietario, don Juan Valdivieso, denunciará el hecho ante las autoridades pertinentes”.

3
EN EL DESPACHO POLICIAL, EL PROPIETARIO I Y EL JEFE.
PROPIETARIO I
Qué tiempos. Nadie está libre de ser encontrado muerto en una esquina y sin un centavo en el bolsillo. Ya lo decía mi padre: “Es el siglo de los brutos, cuídate si piensas”. Antes, se vivía sin temor. Mi padre vivió noventa años, mi abuelo ciento siete.
JEFE
¿A qué hora sucedió el hecho?
PROPIETARIO I
No sé exactamente. Estuve en casa ese día, un poco enfermo. El asma, ¿sabe?
JEFE
¿Y viene a denunciar un delito que no presenció?
PROPIETARIO I
¿El señor Valdivieso?... Por allí debió comenzar. ¿Qué pasó, qué pasó?
PROPIETARIO I
Un asalto. Y puedo señalar a los culpables como si fuera un testigo directo. Basta hojear unos periódicos para ver cómo ha degenerado la moral y el respeto por la propiedad ajena. Todo el mundo busca la vida fácil, nadie la gana con esfuerzo. Vivir era un desafío, ya nadie lo recuerda, sólo los intrépidos que invirtieron su dinero en este pobre país.
JEFE
Bueno, es cierto. Hay mucha delincuencia.
PROPIETARIO I
¡Odio al capitalista! Como si no costaran lo pulmones levantar de la nada una próspera industria, satisfacer las necesidades del mercado… Deberían enorgullecerse de nosotros: el nuestro es trabajo de hombres. Y si no, dígame, ¿porqué soy asmático?
JEFE
Es  veterano en los negocios. Ya debe descansar.
PROPIETARIO I
¡Eso hago!... Pero no pierdo la costumbre. A veces, doy una vuelta por la planta, y es muy triste encontrar la obra de mi abuelo, la obra de mi padre, ¡mi obra! Amenazada por esa fiebre llamada socialismo.
JEFE
¡Socialismo! ¿Socialismo ha dicho?
PROPIETARIO I
Ese es su nombre.
JEFE
Perdone. Es el nombre de una fantasía, el sueño de los incapaces. Pero si lo asusta, terminará convencido de su fuerza. Así los ayuda a sentirse “dueños del futuro”, como dicen.
PROPIETARIO I
No puedo negar mis temores. Ahora, por ejemplo, pretenden adueñarse de la fábrica. Como no pueden, ojalá no puedan nunca, declararon una huelga para reclamar aumentos, aumentos injustificados que no les voy a dar.
JEFE
¡Qué me cuenta! ¡Una huelga! Disciplina, señor, disciplina. Un propietario con mentalidad empresarial jamás puede hacer conceciones. Paros, huelgas, reclamos, esas son las consecuencias. ¿Qué más quieren los obreros?
PROPIETARIO I
¿Y la política? ¿Qué otra cosa cautiva más que la política? Los partidos levantan la pobreza del pueblo para usarla de bandera.
JEFE
Ustedes lo permiten. Esos partidos le prometen al obrero un mundo donde ellos serían los tiranos. Una huelga es un primer paso, no les da la gana de trabajar. Y no trabajan. Pero ganan.
PROPIETARIO I
No llegarán a ninguna parte.
JEFE
De usted depende. Pero apúrese, el socialismo quiere convertir a los obreros en su heredero.
PROPIETARIO I  
Nadie puede quitarme lo que es mío. Tengo mis papeles en orden.
JEFE
¡Qué le importa al socialismo! Los obreros están convencidos del derecho que les inventa para justificar paros, huelgas… asaltos.
PROPIETARIO I
¿Asaltos?

4
EN LA CASA DEL PROPIETARIO II, EL PROPIETARIO II Y EL ABOGADO.
ABOGADO
Pobres hombres. Sin oportunidad, condenados por el hambre, soportan las peores miserias. Es heroico el esfuerzo. Pero al poco tiempo el sufrimiento los transforma, titubean frente a una dama alhajada o frente a un banco. Finalmente, ya no son ellos los que roban o asaltan: son sus estómagos.
PROPIETARIO II
¿Usted cree que en el estómago nacen sus males? Con esos pensamientos, usted no se distingue mucho de ellos…
ABOGADO
Aunque usted no lo crea, en el fondo, todos somos iguales.
PROPIETARIO II
Si también tiene el cerebro carcomido por ideologías extranjeras, es muy difícil distinguirlos.
ABOGADO
No sabe qué es el hambre.
PROPIETARIO II
Bah, usted tampoco.
ABOGADO
Menos mal.
PROPIETARIO II
¿Qué quiere demostrar? ¿Qué todo miserable tiene el derecho de apropiarse de un negocio, robar en un banco o asaltar una fábrica, solo porque tiene un estómago hambriento de nacimiento, en nombre de ideas ajenas a nuestra idiosincrasia, que justifican, como usted lo está haciendo, el caos y la anarquía?
ABOGADO
Todo está perdido para ustedes. Se acabó el tiempo de los dueños…
PROPIETARIO II
Se resignan fácilmente los que no tienen qué perder.
ABOGADO
Y qué difícil es perder lo que se ha ganado en juego sucio.
PROPIETARIO II
Suerte. Ingenio. Destreza, amigo. Si los hubiera tenido, no estaría convertido en un abanderado de los pobres. Gracioso disfraz… ¡Nada se ha perdido!
ABOGADO
Si eso lo tranquiliza… Y no voy a negarle mi incapacidad para el dinero, para comprarle la vida a nadie.
PROPIETARIO II
Como la zorra a las uvas: están verdes.
ABOGADO
Las calles hablan. Los hombres las ganan reclamando derechos, repudiando injusticias, exigiendo lo justo.
PROPIETARIO II
¿A qué le llaman justicia? La ley está de nuestra parte.
ABOGADO
La ley, la ley. Qué ley. La que hicieron para justificar el abuso.
PROPIETARIO II
¿Qué clase de abogado es usted?
ABOGADO
Un abogado que no cree en esas leyes, aunque a veces se les necesite para detener los excesos. Es la única alternativa.
PROPIETARIO II
Usted es un joven idealista. Yo también lo fui. Todos lo fuimos. Después, cambiamos. Todo cambia.
ABOGADO
Sí, yo también creo que todo cambia.

5
EN UNA CALLE, POLICIA I, POLICIA II, POLICIA III, COMO PAYASOS.
POLICIA I
Mi padre era de Géminis. Mujeriego, él. Confiado, él. Un día sospechó que los astros lo traicionaban: perdió las mujeres, perdió el trabajo. ¿Y saben quién pagó el pato?... ¡Yo! Me obligó a entrar de Policía. Pero todo era distinto, el policía era algo así como guardia del orden por mandato divino. Todos éramos gordos: comíamos carne.
POLICIA II
Yo soy Tauro. Pero no le hago el honor a mi signo, muchachos, soy dócil, romántico. Yo quería ser cantante. No sé qué hago en este oficio tan duro, tan despiadado. Mucho me pregunto si la fecha de nacimiento que indican mis documentos es exacta. De todos modos, me sobrepongo y enfrento el peligro con coraje, ¡sí, señor!
 POLICIA III
El firmamento también se equivoca. Como tú, tengo maneras distintas a las que me señala el Zodiaco. Orgullosamente, policía. Estricto cumplidor de las órdenes… aunque deba disparar mi pistola en la cabeza de una anciana. Soy celoso guardían de la tranquilidad pública y estoy siempre listo al control de la delincuencia, la vagancia y la mala conducta. Mujer de ojos insinuosos que me mira en la calle, es una puta. Hombre ceñudo que mira de frente y luego esconde la mirada, es un sospechoso. Con una eficaz investigación sabremos de qué es sospechoso. El astro que ilumina mi espíritu nunca viene a ayudarme.
POLICIA II
¿Y cuál es ese astro?
POLICIA III
¡Virgo!
POLICIA I
¿Virgo, tu?
POLICIA II
Teóricamente, tierno. Teóricamente, dulce. Siempre preparado para el amor.
POLICIA III
¡Siempre preparado para el deber!
POLICIA I
Pues debemos comenzar. El culpable ha terminado de tejer su coartada. Comienza a simular su inocencia.
POLICIA II
Si no ha escapado.
POLICIA III
Déjenlo confundirse con los personajes que inventó, enorgullecerse de su imaginación. Cuando no soporte nuestra ausencia, verificaremos el crimen en sus ojos.
POLICIA II
Es un método apropiado para sospechosos. Los respeta.
POLICIA III
Si sus ojos no ocultan sus delitos. De lo contrario, hay que ayudarlos a confesar.
POLICIA I
Pero sólo es uno el culpable.
POLICIA III
¡No seas mesquino! ¿Qué impide acusar a todos?
POLICIA II
Virgo.

6
EN EL SINDICATO, OBRERO I Y OBRERO II.
OBRERO I
(ENTRANDO) ¿Y los compañeros?
OBRERO II
¿No sabes nada? Ya se fueron…
OBRERO I
Pero ¿y la asamblea?
OBRERO II
Vino la policía.
OBRERO I
¡También aquí!... ¿Y qué pasó?
OBRERO II
Preguntaron por la huelga. Qué les íbamos a decir: es una huelga justa. Después hablaron con Antonio María.
OBRERO I
¿Qué les dijo Antonio?
OBRERO II
Lo acorralaron con sus preguntas. Abrieron de una patada su escritorio, pero él no les dijo nada. Aunque se llevaron sus papeles.
OBRERO I
¡No los hubieran dejado!
OBRERO II
Cómo. Tenían metralletas…
OBRERO I
Entonces, había sido eso… Antonio María cenó en su casa con su mujer y sus hijos. Pero después llegó un carro lleno de policías, rompieron la puerta y se lo llevaron.
OBRERO II
No puede ser… ¿Cómo lo sabes?
OBRERO I
Vivo cerca. Hasta las gallinas se han despertado. La vecindad ya no tiene cómo consolar a la pobre mujer… ¿Desde cuándo una huelga trae tanta cola?
 OBRERO II
¿Te parece poco?
OBRERO I
Otros sindicatos también las están haciendo.
OBRERO II
También los están persiguiendo.
OBRERO I
No es lo mismo. Estoy seguro.
OBRERO II
¿Qué más va a ser?
OBRERO I
El nuestro es uno de los sindicatos más poderosos. Esto es inadmisible.
OBRERO II
No te preocupes. Los policías no vinieron a buscar trabajo.
OBRERO I
Tampoco vinieron por la huelga.
OBRERO II
En realidad no tenían un motivo preciso. Parece una rutina. De todos modos, nos pusimos nerviosos y, en un momento, hablamos de la huelga, del sindicato, de las herramientas que fabricamos, hasta del asalto…
OBRERO I
¿El asalto?
OBRERO II
Se interesaron. Pero como no sabemos nada de eso…
OBRERO I
¿Y qué dijeron?
OBRERO II
Nada. Estuvieron leyendo los papeles sin entender. Volvieron a llamar a Antonio para hacerle más preguntas. Hacía rato que él quería botarlos a patadas.
OBRERO I
¿Y después?
OBRERO II
Se largaron.
OBRERO I
O la huelga. O el asalto. O no sé qué mierda está pasando.

7
EN EL DESPACHO POLICIAL, EL JEFE, POLICÍA I, POLICÍA II, POLICÍA III.
POLICIA I
No podía ser otro.
POLICIA III
Así es. Lo confesaba a gritos con los ojos.
POLICIA II
Pero tardó en convencerse.
POLICIA III
Perseveramos.
POLICIA II
“El que persevera, triunfa”.
POLICIA I
Y triunfamos. Aunque tuvimos que escoger.
POLICIA II
Muchos querían ser culpables.
POLICIA III
Se contagiaban la emoción.
POLICIA I
A los otros podemos acusarlos de autores intelectuales.
POLICIA II
La gloria es sólo para uno.
POLICIA I
Es injusto.
POLICIA III
¡Qué ocurrencia! Es el premio.
POLICIA II
Es la suerte.
POLICIA III
No podía creerlo.
POLICIA I
Quería explicaciones.
POLICIA III
Le recordamos la función que tiene en el sindicato.
POLICIA I
Seguía dudando.
POLICIA III
Luego los panfletos que escondía en el escritorio.
POLICIA II
No quiso ser responsable.
POLICIA III
Después, las ideas importadas que aprendió en tanto libro que encontramos.
POLICIA I
Cultura, dijo.
POLICIA III
Estaba nervioso.
POLICIA I
Renegaba de su suerte.
POLICIA II
Fue modesto.
POLICIA I
Es comunista.
POLICIA III
Cuando quisimos saber su paradero el día del asalto…
POLICIA I
Se puso colorado.
POLICIA II
Los ojos le  brillaban.
POLICIA I
Reventó.
POLICIA III
Qué maneras: fue grosero.
POLICIA II
Comprendió. Era el favorecido.
POLICIA I
No podía ser otro.
JEFE
Tráiganlo.

8
EN EL DESPACHO POLICIAL, EL JEFE Y ANTONIO MARÍA.
JEFE
Respeto a los hombres valientes. Se exponen al peligro, arriesgan su vida, defendiendo ideales que por lo general, coronan. Aquí estoy para demostrarlo… Pero desprecio a los cretinos que todo lo confunden entregando su fuerza a la conquista de una locura. ¡Para ellos exijo el peor castigo! Sus disparates destruyen el orden de las cosas. Nada les importa, quieren destruirlo todo. Están locos. ¿Usted está loco, Antonio María?
ANTONIO MARÍA
Sí. Pero he comenzado a seleccionar mis locuras. ¿Me queda esa libertad? Este es un país libre ¿no?
JEFE
Sí, pero hay que cuidarlo de los locos. Ese concepto de libertad es un poco peligroso.
ANTONIO MARÍA
La libertad tiene sus precios. Menos mal que no es usted el que mejor los conoce.
JEFE
Lamentablemente.
ANTONIO MARÍA
Ni sus cachacos van a obligarme a relacionare la huelga de mi sindicato con delitos que nada tienen que ver conmigo.
JEFE
No, no, la huelga no. Es un delito, digamos, constitucional. Pero ¿y lo demás?
ANTONIO MARÍA
No hay nada más.
JEFE
Vamos, usted es un hombre inteligente… Que no quiera entender…
ANTONIO MARÍA
Sí, no quiero entender el punto salvaje al que han llegado: como no encuentran motivos, los inventan. Acúseme de organizar a los obreros para reclamar un derecho, y me sentiré muy honrado. Soy un dirigente obrero. Pero no me diga que descubrieron mis huellas en la oficina donde ocurrió un asalto porque es mentira de cobardes…
JEFE
Cobardes, mentirosos. ¿Qué más?
ANTONIO MARÍA
Nada más. Que son unos hijos de puta lo saben bien…
EL JEFE LE DA UNA CACHETADA.
JEFE
(LLAMANDO) ¡Oficial!

9
EN LA RADIO, EL PERIODISTA.
PERIODISTA
(LEYENDO) ¡Flash del Panamericano!... “¡Antonio María confesó!... Como lo había sospechado la Policía de Investigaciones, el asalto cometido hace 23 días en la antigua fábrica de herramientas “El Cobre” y la huelga que viene desatando el sindicato de dicha fábrica tienen un mismo origen. Numerosos testimonios de testigos directos, identikits que elaboró la institución policial y las posteriores averiguaciones del Departamento de Seguridad del Estado, aplastaron la duda que flotaba en la opinión pública sobre la capacidad policial de resolver tan delicado caso. Antonio María es el principal sospechoso… Fuentes allegadas a altas esferas policiales señalaron que el caso estaría relacionado a una escalada huelguística propiciada por una potencia extranjera. Esta información multiplica los méritos a los que se hace merecedor la Policía de Investigaciones, por cuanto el empeño entregado al esclarecimiento de este asunto de dimensiones internacionales es invalorable”.

10
EN EL SINDICATO, OBRERO III.
OBRERO III
Allí está pues. Bien merecido se lo tiene. Además ¿no era eso lo que buscaba? Dónde se ha visto tanto desorden, tanta desconsideración. Somos malagradecidos. Nos dan la mano, tenemos asegurado el trabajo, pero queremos la mano, el codo y el cuello. No puedo negar que yo también había comenzado a faltarle el respeto al señor Julio. Ya no lo saludaba. Pasaba de frente… Cuánto le habrá costado esta fábrica. Y dice que le sigue costando: hay que pagar impuestos… Pero nadie quiere entender eso. Y le dan con los paros, con las huelgas. Sólo nos arregló el problema. Allí sí vamos a verla negra, otra vez a buscar trabajo. Y ahora es tan difícil… Un trabajo estable ¿no? Trabajos de ambulantes siempre hay… No sé qué quieren con tanto laberinto. La asamblea aprobó esa huelga. Yo no me meto. Varios no se meten… Pero el grupo de Antonio María es la mayoría. Ja, dicen que son dueños de la fábrica. Y hasta a los que no se meten quieren hacerlos dueños. ¡Dueños! “Los trabajadores producimos las riquezas, somos sus dueños” dicen. A ver, anda que la policía te crea eso ahora que estás preso. ¡Ca, se lo estaba buscando! Seguro quieren asustarlo. Antonio María es un hombre bueno, tiene cólera, cuánto sufrimiento habrá visto, pero es un hombre bueno. El señor Julio, que es el dueño de verdad, también sabe que es bueno. Pero seguro quiere asustarlo. Está bien, está bien.

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EN EL DESPACHO POLICIAL, POLICÍA IV.
POLICÍA IV
Ya se fueron… Salió como calculamos. Decidían sin dudar: él es, él es. Lo reconocían inmediatamente. Algún temor exagerado, pero al final siempre era él. Esto es muy serio, aunque no debemos olvidar su propia confesión. En realidad, la ratificaron. Es culpable, sin ninguna duda… Estuvo bien caracterizado. Y  Qué aspecto tan terrible tenía con el arma en la mano. ¡Y esa bufanda! Es el típico maleante. Aunque el cajero prefirió reconocerlo sin arma ni bufanda, con toda paciencia, obtuvo el mismo resultado. Luego, el Pichín. Entró, lo señalo como culpable, dio media vuelta y se fue. El conserje demoró más, estuvo a punto de negarse, pero él es así, lento y medio idiota. El jefe lo advirtió antes que comenzáramos. No sucedió lo que temíamos, lo acusó sin comentarios. Terminaron rápido. Aunque no me explico qué tanto apuro tuvo el Pichín. ¿Ha olvidado que todavía tiene algunos cargos pendientes? Qué empeño en ponerlo de testigo. Eso puede traer problemas. En fin, el jefe sabe lo que hace…

12
EN EL TRIBUNAL. EL JUEZ, EL FISCAL, EL ABOGADO Y TESTIGO I.
TESTIGO I
Ya eran como las doce. Todavía había un poco de gente en la oficina: ya íbamos a cerrar porque en el verano sólo atendemos hasta las doce. De pronto, entró un hombre de unos treinta, treintaicinco años, más o menos, un poco cholo, con el pelo peinado hacia atrás, se había tapado la cara con una chalina. Tenía una mirada rara… De lejos se veía que no era un cliente. Como yo estaba en la caja, iba a decirle que volviera otro día. Pero él se acercó despacio a la ventanilla. Me enseñó la vasta del saco y dijo que quería toda la plata. Como no entendí bien al principio, le dije que volviera otro día porque era hora de cerrar… Estaba nervioso. No parecía experimentado. Volvió a pedirme la plata, pero levantando la voz, allí fue cuando todos se dieron cuenta. Después sacó la pistola y tuvimos que darle la plata.
FISCAL
(AL TESTIGO) ¿Porqué ha dicho usted que no podía ser un cliente de la fábrica?
TESTIGO I
A todos los conozco.
FISCAL
Pero ¿un nuevo cliente?
TESTIGO I
No tenemos clientes así.
FISCAL
Sea más claro, por favor. ¿Cómo así?
ABOGADO
¡Protesto! (AL FISCAL) ¿Dónde quiere llegar con esa pregunta?
FISCAL
Muy simple. A la condición social de los clientes.
ABOGADO
¿Quiere exonerarlos por adelantado?
JUEZ
¡Silencio!... (AL FISCAL) Continúe.
FISCAL
(AL TESTIGO) Conteste.
TESTIGO I
Bueno, sólo vendemos al por mayor. Con esa traza no podía ser un cliente. Estaba vestido como un obrero cualquiera.
FISCAL
¡Como un obrero!
ABOGADO
¡Protesto, señor juez! ¡No todos los pobres son obreros!
FISCAL
Tampoco todos los obreros son pobres, señor abogado. O por lo menos, se cansan de serlo. De pronto, quieren ser ricos, como sus patrones…
ABOGADO
¡Qué buena historia! Sólo falta que le pongan el nombre: ¿no se llama Antonio María ese hombre cansado de ser pobre? ¡Absurdo!
JUEZ
¡Basta ya!... Continúe, fiscal.
FISCAL
Me parece interesante la pregunta de la defensa. Testigo ¿no se llama Antonio María ese hombre cansado de ser pobre y que asaltó la Fábrica de Herramientas “El Cobre”?
TESTIGO I
Es el que más se parece al asaltante.
ABOGADO
¡Es el colmo!
JUEZ
¡Silencio!
ABOGADO
(AL TESTIGO) ¡Yo conozco a cien que se parecen! ¡Lo lamentable es que soy el defensor y usted el cajero que vio al delincuente!
FISCAL
¡Por eso mismo, señor juez, pido a la defensa que abstenga sus comentarios!
ABOGADO
Ah, claro, usted no tiene cartas en este juego.
FISCAL
Soy un acusador público.
ABOGADO
¡Un sectario!
FISCAL
¡Usted es un comunista y no sabe ocultarlo!
ABOGADO
… ¿Y eso?
JUEZ
Este tribunal advierte a las partes que sin una debida compostura, postergará la audiencia. Continúe, fiscal.
FISCAL
¿Conocía a Antonio María?
TESTIGO I
Lo ví una vez. En una ceremonia. Cuando los empleados nos íbamos a unir a los obreros.
FISCAL
¿Cómo pudo reconocerlo en el momento del hecho?
TESTIGO I
No, eso fue después, cuando la policía nos presentó a los sospechosos. Antonio maría era el más parecido al asaltante.
FISCAL
(AL JUEZ) Que conste.
ABOGADO
¡No ha dicho nada! ¡No ha dicho nada! ¡Protesto!
FISCAL
He terminado.
JUEZ
Antes de interrogar al testigo, exijo a la defensa respeto al tribunal, al jurado y al público. He de considerar su protesta, pero será la última antes de permitirle más desorden en su participación.
FISCAL
(AL JUEZ) En eso coinciden las aspiraciones del acusado y de su defensor.
ABOGADO
(AL JUEZ) Nadie quiere el desorden, señor juez, solamente trato…
FISCAL
De imponer el desorden, es un comunista…
ABOGADO
(AL FISCAL) ¡Cállese, cállese!... Protesto, señor juez, una vez más, protesto…
JUEZ
¡Suspendida la audiencia! ¡Desalojen la sala!

13
 EN EL SINDICATO, OBRERO IV Y OBRERO V.
OBRERO IV
Somos más de cien. Cien testimonios. Cien testigos. Si todos nos convencemos y decimos que Antonio María estuvo con nosotros en asamblea esa mañana…
 OBRERO V
Nadie lo va a creer.
OBRERO IV
Pero tienen que creerlo y primero tenemos que creerlo nosotros: Antonio María estuvo en la asamblea con nosotros, no hay más.
OBRERO V
Eso se llama falso testimonio.
OBRERO IV
No hay alternativas.
OBRERO V
Debemos ser más inteligentes. Proyectarnos un poco más. Este es un juicio político. No podemos argumentar ese disparate. Además, si descubren la falsedad de ese testimonio, se añadirá a los cargos.
OBRERO IV
Los cargos, los cargos, los cargos de conciencia, compañero…
OBRERO V
Estoy advirtiéndoles el riesgo, no me vengan con esas, un riesgo inútil que puede llevarnos a la cárcel a todos.
OBRERO IV
Bueno, ésta es una lucha sindical, si alguien cae, que caigan todos.
OBRERO V
Esa es una estupidez. Nada táctico. ¿Tú sabes la importancia que tiene ahora el futuro de Antonio María? ¿Quién lo conocía antes? Ante la opinión pública, él representa al pueblo. Podemos aprovechar esa ventaja.
 OBRERO IV
¿Qué ventaja?
OBRERO V
¿No queremos una sociedad distinta? ¿No es ésta una sociedad opresiva? ¿Hasta qué punto es posible salvar de sus garras a un inocente? ¿Hasta qué punto es más importante salvar su significado para la clase obrera?... En circunstancias, como ésta, un individuo no cuenta.
OBRERO IV
Entonces, digamos la verdad… Sin él hubiera sido imposible sabotear el embarque. Ese material no llegará a su destino gracias a Antonio María.
OBRERO V
También estábamos nosotros.
OBRERO IV
El dirigió la operación. Tenemos que salvarlo a toda costa. Incluso, la verdad.
OBRERO V
Eso lo hundiría más. Lo exime de una acusación de asalto, pero lo acusa de traición a la patria… Es inútil. Insistir en su salvación es atentar contra el plan revolucionario.
OBRERO IV
No podemos abandonarlo a su suerte. El sindicato lo necesita.
OBRERO V
La clase obrera está necesitando un mártir, compañero.

14
EN EL TRIBUNAL, EL JUEZ, EL FISCAL, EL ABOGADO Y TESTIGO II.
FISCAL
(AL TESTIGO) Dígame, ¿conoce a Antonio María?
TESTIGO II
Sí, un poco nomás… Nunca he andado con ellos, señor.
FISCAL
¿Quiénes son ellos? ¿A quiénes se refiere?
TESTIGO II
A ellos pues. A la gente de Antonio María.
FISCAL
¿Y a qué gente pertenece usted?
TESTIGO II
¿Yo?
FISCAL
Sí, usted.
TESTIGO II
Sólo soy un pobre obrero, señor. Tengo ocho hijos, algunos ayudan en algo, pero vivir es bien… difícil, señor… ¡Qué gente voy a ser!
FISCAL
(REVISANDO UNOS PAPELES) Pero usted es del sindicato…
TESTIGO II
Claro que soy del sindicato. Cumplo mis obligaciones y reclamo mis derechos. Que no me gusten esas cosas que se dicen en las asambleas es otra cosa. Yo creo que el dueño de la fábrica es un hombre bueno. Es cierto que ha heredado la fábrica de su padre y de su abuelo, pero la ha trabajado. Ellos dicen que es un explotador.
FISCAL
¿Antonio María decía que el dueño es un explotador?
ABOGADO
¡Antonio María es dirigente!
JUEZ
¡Silencio!
FISCAL
(AL TESTIGO)… ¿Qué los obreros son los verdaderos dueños de la fábrica y de sus beneficios?
ABOGADO
¡Protesto! ¡Está implicando las palabras del testigo!
JUEZ
¡Silencio! (AL TESTIGO) Conteste…
TESTIGO II
… Sí. A veces he escuchado eso, pero no se qué quieren. Dicen que son los dueños pero marcan la tarjeta como todo el mundo. Qué dueños son esos… Hablan nomás. Antonio María está en la cárcel por las puras, señor.
ABOGADO
¡Esa es la verdad!
FISCAL
La que usted quiere, mi estimado amigo.

15
EN EL SINDICATO, OBRERO IV Y OBRERO VI.
OBRERO IV
Creo que no podemos abandonarlo a su suerte. Hay que sacarlo de esa.
OBRERO VI
La dignidad sindical, la dignidad de la clase está en juego..
OBRERO IV
Somos ciento veinte obreros. Y es cierto que sólo nos queda el falso testimonio, pero quién puede desmentirnos.
OBRERO VI
Quién va a ser, la policía.
OBRERO IV
Bah, la policía. La policía es un instrumento inútil de la represión.
OBRERO  VI
Sí, todos lo creemos, pero…
OBRERO IV
Como crees en la justicia burguesa, en tu salario y en Dios ¿no?
OBRERO VI
… Entonces, digamos la verdad.
OBRERO IV
Si no fuera tan grave como esa tonta acusación que se le ha hecho a Antonio María.

16
EN EL TRIBUNAL, EL JUEZ, EL FISCAL, EL ABOGADO Y TESTIGO III.
FISCAL
(AL PÚBLICO) ¿Dónde están las pruebas de la inocencia de Antonio María? Hasta hoy la defensa ha querido transformar elementos de índole moral y éticos en factores legales. Pero la objetividad expresada por los testigos de hecho es contundente… (AL TESTIGO) Tome asiento, señor Flores… Usted ha reconocido a Antonio María, ¿cómo fue eso?
TESTIGO III
Debo haberlo visto antes que entrara a la fábrica, porque el asalto fe a las doce ¿no? Después lo vi otra vez, corriendo, en un mercado que hay por allí. Ya eran más de las doce. Tropecé conmigo cuando corría. Pero no me llamó la atención y seguí caminando.
ABOGADO
Muy bien, señor Flores. Dígame, ¿qué hacía allí?
TESTIGO III
Estaba esperando que abrieran el correo. El correo queda a una cuadra de la fábrica.
ABOGADO
La oficina del correo fue abierta a las doce, ¿es cierto?
TESTIGO III
Así es.
ABOGADO
¿Entró inmediatamente?
TESTIGO III
Sí.
FISCAL
A la salida, tropezó con Antonio María.
ABOGADO
Más o menos, ¿cuánto tiempo estuvo en el correo?
TESTIGO II
Diez minutos.
ABOGADO
¿Dónde fue después?
TESTIGO III
A mi casa. Necesariamente tuve que pasar por la fábrica.
ABOGADO
¿Tropezó con Antonio María?
TESTIGO III
… Sí.
ABOGADO
¡Falso!... ¡Señor juez, que consten las contradicciones del testigo! Si el asaltante huyó hacia el mercado, no pudo tropezar con él: ¡el correo está al lado opuesto!
TESTIGO III
¡Corrí!
ABOGADO
¡No sea gracioso! ¿Para qué?
TESTIGO III
Todos gritaban. Bueno, yo quería verlo.
ABOGADO
¡Antes dijo que no le llamó la atención!... ¿Cuánto le pagan, señor Flores?
FISCAL
¡Es una insolencia!
ABOGADO
Perdón. Valioso testigo el suyo. ¡Vio al acusado asaltando la fábrica! ¡Ha demostrado su culpa!
FISCAL
(AL ABOGADO) Demuestre su inocencia. De la culpa me encargo yo.

17
EN EL SINDICATO, OBRERO II, OBRERO IV, OBRERO V Y OBRERO VI.
OBRERO IV
Decidamos de una vez. No hemos venido a mirarnos la cara.
OBRERO V
Ya dije lo que quería decir.
OBRERO VI
Es un asunto muy grave.
OBRERO II
Yo estoy de acuerdo con lo que diga la mayoría.
OBRERO VI
(A OBRERO IV) ¿Y tú?
OBRERO IV
Yo también.
OBRERO VI
Entonces, mejor lo proponemos a la asamblea.
OBRERO IV
La decisión debe llegar a la base como propuesta de dirigentes. Sólo así firmarán.
OBRERO VI
Eso no es honrado, especialmente en estas circunstancias.
OBRERO IV
¡No jodas! Por honrado está encarcelado Antonio María.
OBRERO II
(A OBRERO VI) Y si no atestiguamos lo más pronto, van a condenarlo.
OBRERO V
El pueblo aprendería una lección histórica.
OBRERO IV
No vamos a perder un dirigente para ganar un mito.
OBRERO V
No saben cuánto lo necesitamos.
OBRERO II
Como dirigente. La huelga nacional es impostergable.
OBRERO V
¡La huelga, la huelga! ¡Qué le importa al imperialismo! ¡Este país es no es el único abastecedor de mineral!
OBRERO II
Es un grano de arena.
OBRERO V
¡Un grano de arena! En la playa hay miles, miles…
OBRERO IV
¡Ya lo discutimos bastante!... Ahora decidamos.
OBRERO II
Estoy de acuerdo.
OBRERO VI
Si no hay otra salida, yo también.
OBRERO IV
Somos mayoría. (A OBRERO V) Aunque no te parezca, ya lo aprobamos.

18  
EN EL TRIBUNAL, EL JUEZ, EL FISCAL, EL ABOGADO Y OBRERO I.
OBRERO I
José Quispe Ramírez. Obrero. Compañero de trabajo del acusado.
ABOGADO
Bien, Quispe. Responda: ¿quién es para usted Antonio María?
OBRERO I
Un dirigente obrero acusado injustamente.
ABOGADO
¿En qué se funda?
OBRERO I
A la misma hora del asalto estuve con él.
FISCAL
¡Qué buena razón!... Señor juez, pido que se ordene a la policía una investigación más rigurosa a fin de saber si definitivamente no fueron dos los asaltantes…
ABOGADO
¡Qué!
FISCAL
Así fueran mil, un millón, son testimonios inválidos. Todos provienen de parte interesada.
OBRERO I
¿Acaso usted no está representando no sé qué otra parte interesada en condenar a un inocente por el único delito de ser dirigente obrero?
JUEZ
¡Se ruega al testigo abstenerse de preguntar! ¡Aquí se le ha convocado para responder!
FISCAL
(A OBRERO I) ¿No está cumpliendo un acuerdo sindical para exculpar al acusado?
ABOGADO
¡Protesto!
FISCAL
¡Pruebe que el asalto no es el primer momento de un plan subversivo que pretende desestabilizar el orden democrático!
JUEZ
(AL FISCAL) ¡Silencio!
ABOGADO
¡Protesto! ¡Protesto!
FISCAL
¡Pruebe que no existen influencias internacionales en la ola de huelgas que azota el país!
JUEZ
¡Silencio! ¡Silencio!
ABOGADO
¡Protesto, señor juez! ¡Protesto!
JUEZ
¡Silencio! ¡Silencio!... Señor fiscal:  antes de permitirle seguir acumulando especulaciones y arbitrariedades, este tribunal no dudará en suspenderlo…
FISCAL
Disculpe, señor juez. Pero pido a los miembros del tribunal que consideren las implicancias que este caso puede tener en la seguridad del Estado…
JUEZ
¡Eso no justifica su actitud!
ABOGADO
Es un alarmista barato.
FISCAL
¡Usted sabe que no!
JUEZ
… Se suspende la audiencia. Señor fiscal, deseo hablar con usted unas palabras. Pase a mi despacho…
EL FISCAL Y EL JUEZ SALEN.
ABOGADO
¡Qué le parece! Es increíble…
OBRERO I
Es un circo donde los payasos juegan a la justicia. Pero hay un reo de verdad que ha caído en sus manos. Y todos los argumentos son muy graciosos. Pero nadie quiere darse cuenta que hay un mago que quiere castigar en serio al acusado. Está en sus narices, pero no quieren verlo: está arriba o atrás de todo esto, y no va a parar hasta ver condenado al inocente. El inocente se llama Antonio María, ustedes son los payasos y el mago es el dueño de este país.
ABOGADO
No vamos a desistir. A pesar de todo, Antonio María…
OBRERO I
Nadie sabe en qué puede terminar… Habrá que entrar en el juego. En una justicia como ésta, basada en el poder económico, algo debe valer un hombre. 

19
EN LA RADIO, EL PERIODISTA.
PERIODISTA
¡Flash! ¡Flash del panamericano!... ¡Pena de muerte para Antonio María!... “Con más claridad se presentan ahora los móviles del asalto que perpetrara este individuo: los argumentos a los que acude la defensa no han podido encubrir las consignas subversivas que obedecía Antonio María al cometer el delito. Según declaraciones del fiscal, la ley castiga con la muerte delitos de esta naturaleza”.

20
EN EL DESPACHO DEL JUEZ, EL JUEZ Y EL FISCAL. ENSEGUIDA, EL ABOGADO.
ABOGADO
(ENTRA ENSEÑÁNDOLE UN PERIÓDICO AL FISCAL)
¿Qué significa esto?
JUEZ
(AL ABOGADO) Precisamente, quería hablar con usted.
ABOGADO
(AL FISCAL) ¡Qué significa esto!
FISCAL
Fui sincero con la prensa. No voy a negarlo.
ABOGADO
¡Lo ha condenado a muerte ante la opinión pública!
JUEZ
Cálmese, por favor.
FISCAL
¡Y lo haré ante el tribunal! ¡Es mi función!
ABOGADO
¡Mi cliente es inocente!
FISCAL
¡Las pruebas dicen lo contrario!... Pero no se alarme. Los periódicos exageran. El caso aún no ha terminado. (LE HACE UN GESTO DE COMPLICIDAD)
ABOGADO
¿Qué quiere decir con eso?
FISCAL
¡No hay remedio! (AL JUEZ) Explíqueselo usted. Aunque es difícil que comprenda. ¡Adios! (SALE)
 ABOGADO
No tiene nada que explicarme. (INTENTA SALIR)
JUEZ
¡Un momento! No se vaya sin escuchar.
ABOGADO
¡Cómo puede un tribunal permitir que el fiscal se adelante a los resultados de un juicio!
JUEZ
Sólo soy el juez.
ABOGADO
Sí, el juez. No solaye la responsabilidad que le toca.
JUEZ
Lea esto. (LE EXTIENDE UN PAPEL) Es secreto.
ABOGADO
(DESPUÉS DE LEER) ¡No es posible!
JUEZ
Sí, lo es. ¿acaso ignora que en nuestra sociedad la justicia también es un instrumento del poder? Hasta los estudiantes lo saben.
ABOGADO
¡Hay excepciones! ¡Por eso defiendo al acusado!
JUEZ
Como ve, a otros les conviene ejercer la regla… Y eso no es culpa mía.
ABOGADO
¡La regla! ¡La regla! ¡Este es un asesinato descarado!
JUEZ
Mire bien ese papel: hay algunos sellos y una firma que identifican al remitente.
ABOGADO
¡Cobardes!
JUEZ
No se desaliente. Algo podemos hacer.
ABOGADO
¿Qué quiere decir?
JUEZ
Salvarlo.
ABOGADO
El fiscal pedirá su muerte.
JUEZ
¡Ni usted ni el fiscal pueden modificar los deseos expresados en esta carta!... Yo voy a intentarlo.

21
EN EL SINDICATO, EL GUARDÍAN.
GUARDÍAN
Desde hace cincuenta años, estoy parado en esta puerta. Al principio, veía entrar los operarios con sus caras contentas, trabajando muy temprano, desvelándose para llevar un pan más a su hogar. Un día llegó la primera máquina. La instalaron cuatro obreros, después los despidieron, despidieron a muchos: las máquinas producen más y más rápido. Ellos reclamaron y reclamaron, pero nada. Los demás nos quedamos para siempre en silencio, llenos de egoísmo y envidia, sin amigos, desconocidos. Es que teníamos miedo de encontrar en nuestro puesto una máquina. O alguien que no ande quejándose… Ahora que estoy viejo, podrían cambiarme por un perro, es más barato… He visto tantas injusticias, yo mismo he sufrido tantos abusos –papeleta: no abrí bien la puerta, papeleta: no toque fuerte la señal de entrada, papeleta: no se ordenaron las tarjetas – y estoy un poco cansado, tengo los ojos gastados y a veces se equivocan, mis manos tiemblan y me asustan los ruidos de la calle. El tiempo debe estar cambiando. O yo debo estar un poco loco, si ya no puedo decir aquí comienza la historia, aquí termina, éste es amigo y ése enemigo, ésta verdad y ésa mentira… ¡Qué año de desgracia! Ahora no entiendo nada. Los obreros hablan y hablan, yo los veo abrir sus bocas y no entiendo. Y cuando deciden algo, los veo equivocarse, pero ellos responden que las mayorías nunca se equivocan. A mí me está matado este mundo y ojalá que la verdad no muera conmigo porque tanto los dueños de las máquinas como los que las manejan la necesitan con urgencia…

22
EN EL TRIBUNAL, EL JUEZ, EL FISCAL, EL ABOGADO Y ANTONIO MARÍA.
FISCAL
(AL PÚBLICO) Señores del jurado: hoy les toca decidir. Un hombre está esperando: Antonio María, acusado de asalto a mano armada, no ha podido demostrar su inocencia ni negar los cargos añadidos al delito, que se comparten con un numeroso grupo de obreros responsables del falso testimonio que pretendió fraguarse… La verdad se impone y ahora el hecho es evidente: el complot subversivo… Señores: por hallarlo culpable de asalto a la propiedad, por atentar contra la estabilidad del Estado, asistido por naciones interesadas en difundir sus ideologías, por atentar contra la seguridad y la paz, pido para Antonio María la pena de muerte.
ANTONIO MARÍA
¡No!
JUEZ
Antes de dictar sentencia, el tribunal concede la palabra al acusado.
ANTONIO MARÍA
¡No quiero morir! ¡Porqué quieren matarme!... ¡Soy socialista!... ¡No voy a morir! ¡No! ¡No! ¡No!
JUEZ
Este tribunal suspende la audiencia hasta obtener el acuerdo de los miembros del tribunal. Sentenciaremos en otra jornada.

23
EN EL SINDICATO, EL GUARDÍAN Y OBRERO IV.
GUARDÍAN
Ese hombre es inocente.
OBRERO IV
Claro que sí. Pero allí lo tienes esperando el milagro que le salve la vida.
GUARDÍAN
Cuánto insistí. Qué inútiles fueron mis palabras.
OBRERO IV
¿Iban a conmover al tribunal?
GUARDÍAN
Si les hubieran enseñado a no jugar con la verdad.
OBRERO IV
No comprendes.
GUARDÍAN
No quiero comprender cómo es verdadero el odio y la venganza, la vida un holocausto y el hombre pobre víctima de instintos animales.
OBRERO IV
Eres un viejo inconsciente. No tienes la culpa.
GUARDÍAN
¿Y Antonio María?... ¿De qué tiene culpa?
OBRERO IV
¿Me acusas?
GUARDÍAN
Te acuso, hijo.
OBRERO IV
¡No me llames hijo!
GUARDÍAN
Y te perdono. Porque también acuso a esos jueces que juzgan a partir de la mentira.
OBRERO IV
¡Sabes bien que la verdad puede condenar a todo el sindicato!
GUARDÍAN
Es noble el sacrificio. Pero Antonio María no lo escogió.
OBRERO IV
¡Vete de acá!
GUARDÍAN
Más tarde o más temprano, todos nos iremos…
OBRERO IV
¡Eres un viejo despreciable!
GUARDÍAN
Viejo soy. Pero ¿quién más despreciable?
OBRERO IV
(LO GOLPEA) ¡Fuera, mierda!... Y no vuelvas más. Nos estorba tu vejez. Nunca decidimos nada sin tu celo o tu oposición. Ahora tu locura me culpa tontamente… ¡Déjanos en paz! ¡Vive tus últimos días lejos de la fábrica! ¡No insistas en quedarte!

24
EN EL TRIBUNAL, EL JUEZ, EL FISCAL, EL ABOGADO Y ANTONIO MARÍA.
JUEZ
Este tribunal condena a muerte al acusado, por hallarlo culpable de los delitos que se le imputan. Salvo oposición de un tribunal superior, la pena ha de efectuarse a la brevedad. Es todo.
ABOGADO
Pero…
ANTONIO MARÍA
ABOGADO
(A ANTONIO MARÍA) ¡No desespere! ¡Apelaremos! ¡Apelaremos al presidente!... ¡Tenga fe!

25
TRES DISPAROS DE LUZ ILUMINAN EN LA OSCURIDAD UN CUERPO QUE CAE, SANGRA, MUERE, EN EL PAREDÓN DE FUSILAMIENTO.
Lima, 1975


























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