DOCTOR DE LA ILUSIÓN



DOCTOR DE LA ILUSIÓN

Avenida Abancay. Un mediodía cualquiera. En el centro de un ruedo de curiosos, junto a un tablero improvisado, lleno de botellas, hierbas y pequeñas cajas, un hombre vocifera. De vez en cuando, limpia con un trapo el sudor que perla su frente.
            “Los chinos se pasaron señor. A los chinos su milenaria cultura los mantiene vivos. Porque dice la teoría que los chinos son chinos miles de años antes de Cristo. Y hablando de chinos señores, los chinos saben señores. Aquí estamos comparando la teoría con la práctica, nuestra realidad peruana con la realidad china. No sé si ustedes habrán observado que los chinos no se enferman, y dice la teoría que el pueblo chino, en el mundo dicen los libros, ustedes recuerdan esto, que el pueblo chino en el mundo es el país ¡más poderoso en habitantes! que forzosamente se acercan a los ¡mil millones de habitantes!... Qué nos haríamos los peruanos con mil millones de habitantes, je, nos estaríamos comiendo uno al otro, imagínese, dieciséis milloncitos que somos frente a un país milenario, un puñadito de gente, dieciséis millones nuestro país, el Perú, nuestro país está que tambalea señores, imagínense. ¡Qué le parece! No sé si ustedes recordarán que por cualquier razón o motivo a veces falla nuestro arroz aquí en nuestro pueblo, nos envían los chinos para comer. ¡Ja! ¿nosotros qué tenemos para enviarle al pueblo chino? Y esto quiere decir pues que los peruanos no tenemos calidad para pensar, calidad en la cabeza, no en la cara, ¿acaso los chinos son bonitos? Acá no se trata de rebajar ni de criticar a nadie señor. Aquí se habla la realidad. ¡Los chinos son feos señores! Ojos jalados, cara de plato, nariz de chupón, modestos hasta para hablar, y encima de esto son flacos, ¡flacos son! Y los peruanos ¿cómo somos? Lisos, gritones, atrevidos ¡arriba Perú compadre! ¡dos más! O sea el peruano sólo aparenta lo que no es. Como dice el refrán que toda apariencia es falsa y negativa, nuestro país es negativo, palabra que sí… En otras palabras no hay calidad para pensar, sí, calidad para pensar, para dirigir los destinos de nuestro pueblo. No tenemos calidad para pensar… Pero sí nuestro pueblo peruano tiene calidad para robar, ve usted, en esto, y mucha calidad, tremenda calidad tiene: las uñas largas, ¡buena calidad! en eso sí. Y así nos aguaitan por vía satélite. Ahora la otra calidad ¿sabe cuál es? Dicen los sabios, eso lo saben ustedes, porque hasta salió publicado en los periódicos: que nuestro país el Perú ocupa el segundo lugar… ¿Pero en qué? ¿Como qué? ¡Primero es el África! ¡Dos el Perú!... ¡Como supercampeones mundiales en las superborracheras! El pueblo peruano está feliz, aunque esté pobre, con tal que tenga su cerveza para chupar, dice arriba Perú compadre y que se maten los patos, dos más al polo, así nos envejecemos y así moriremos… De esto yo escucho a cada rato señores. Los profesionales, si es ingeniero, si es médico, dice yo soy ingeniero, yo soy médico, pa’ qué más dice, mañana me muero, mi mujer se va a quedar con otro, por eso nuestro país no progresa señores: hay mucho egoísmo.
            Ahora respecto de la mente, dicen los libros, escuchen ustedes que por lo menos ya lo conocen también, que la mentalidad del hombre ¡es lo más perfecto que Dios ha creado! La mentalidad del hombre. El hombre con su mente puede hacer maravillas en el mundo. ¡Crear! Así como los chinos: la fórmula, la brújula, el papel, la imprenta. Creaciones. ¿De dónde las sacaron? Los chinos nunca copian de los libros. Ellos crean. Ahora los chinos en el campo de la medicina siguen asombrando al mundo. Y volviendo a la teoría, dice que los chinos por su experiencia milenaria, miles de años antes de Cristo, en el campo de la medicina son herbolarios naturalistas. ¿Cómo estos chinos crean para toda la humanidad? ¿Porqué la humanidad admira a los chinos señores? Si los chinos son feos. La humanidad no admira a los chinos por la cara bonita que tienen. ¡Son feos! Bueno las mujeres sí son guapas. Con el perdón de los presentes y con el perdón de las damas, dan ganas de morderlas. Aquí tienen ustedes una asiática, esta foto es una motivación, porque estos productos vienen con ejemplos y demostraciones desde el Asia… Voy a pasar a invitarles una gota de este producto. Todo el paquete vale diez mil soles. ¡Diez mil! Sacando la cuenta las enfermedades salen gratis señores. Si el médico aquí en nuestro pueblo se lleva diez mil en una consulta, con esto tienes para cinco años. Voy a pasar a invitarles señores. No se preocupen aunque no compren nada señores. Los chinos no son egoístas como nosotros, voy a invitarles por cortesía de la colonia china una gotita a cada uno, suficiente como para que usted se quede profundamente maravillado. Esta es una gota nada más, por donde ustedes prefieran, ya sea los oídos, la boca. Vamos a darle su gota a los señores para que conozcan la maravillosa realidad del pueblo chino, por sus obras milenarias. Demostraciones científicas. Cada  botella, originalmente del Asia, cruzando varios continentes, desde la tierra de Maosetún. Atentos señores. ¿Cómo se combaten los males sin tomar nada? Al estilo chino, o como estás caminando, viajando, navegando. No interesa las circunstancias porque la medicina se presta para cualquier emergencia. ¿Usted es cardiaco, tiene llagas? ¿se le infló la cara? le desinfla, ¿se le torció? Lo destuerce, ¿hay parálisis facial? entonces hay un malestar en el organismo, al instante desaparece, aunque sea cardiaco…
            Todo ser humano de ambos sexos tenemos dos tubos, la laringe y la faringe, vamos a limpiar nuestros tubos y la medicina por intermedio de estos dos tubos le va a llegar hasta los pies, pero no se asombren porque ustedes van a sentirse maravillados ¡alegres! ¡contentos! ¡Quién sabe, más alegres que lo que han venido! ¿Porqué les voy a invitar por la nariz? Por este ambiente cochino, inmundo, contaminado, que ni el aire que se respira es sano. Si usted tiene un malestar lo único que tiene que hacer es absorber una gota perfecta nomás así… Ahora prepárese a recibir una gotita y usted va a llevarlo con amor, con toda confianza porque esto es lo que su corazón desea ¡por la nariz señor! Cuando sienta que la resina ha llegado hasta los pies, hasta los zapatos, está usted ya con ganas de guarachar de alegría porque esto produce alegría en todo el organismo, nos da una sensación profundamente maravillosa… Le recuerdo que la gotita que acabo de invitarlos lleva a sus niños, a sus hijos, a sus vecinos. Al llegar a su casa, no faltan enfermos, nadie está libre, páselo por la nariz de sus enfermos, el enfermo se levantará como por arte de magia ¡y a guarachar! ¡y sin tomar nada señores!... Diez mil el paquete, mil soles la botella…”. (Discurso de vendedor ambulante, recogido por Alberto Mego).

Publicado en El Diario de Marka el 16 de octubre de 1985




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